29 octubre, 2009

GARCÌA MÀRQUEZ NO VOLVERÀ A PUBLICAR MATERIAL NUEVO, DICE SU BIÒGRAFO


Por Guillermo Barros (AFP)
Hace 1 día

MÉXICO — Gerald Martin, el hombre que se ha pasado los últimos 18 años rastreando los pasos, las huellas y las sombras de Gabriel García Márquez, cree que la obra del Nobel colombiano ya tuvo su punto final.
"Dice que pasa todo el tiempo escribiendo. Pero si me preguntas si va a haber cosas nuevas, no creo", dijo en entrevista con la AFP el autor de la biografía 'Gabriel García Márquez. Una vida', presentada esta semana en México.
El crítico inglés no descarta "que se publiquen cosas que ya conocemos, como (el cuento no editado) 'En agosto nos vemos' (...) Pero no va escribir mucho más".

Ante el silencio público del escritor colombiano, la prensa ha reconvertido a este experto en Literatura Latinoamericana y catedrático de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) en su portavoz oficioso.

La nominación se justifica por su monumental estudio vital del autor de 'Cien años de soledad' al que ha dedicado casi un tercio de su vida a través de 300 entrevistas realizadas y unas 3.000 páginas escritas, que pudo reducir a poco más de 600 en un ingrato y doloroso esfuerzo.
Desplomado en un sillón de un hotel de Ciudad de México, Martin se confiesa agotado por la intensa campaña de promoción, satisfecho con el recibimiento de los primeros lectores y algo "irritado" por algunas críticas.
Después de tantos años se considera amigo del escritor colombiano, a quien no ve desde enero, pero cree que son "sencillamente ridículas" las acusaciones de complacencia que le han dirigido.
"Yo mismo tenía una posición muy escéptica hacia García Márquez antes de escribir esta biografía (...) Me gustaría ver a una persona que supiera lo que yo sé de su vida y que no lo admire", se defiende Martin, de 45 años.

"Él no me ha seducido. He sido seducido por su vida", admite el biógrafo.
Y hablando de seducción, Martin también ha recibido críticas por su exposición de la parcela política de Gabo y, especialmente, de su relación con el líder cubano Fidel Castro.

"Me tomo muy en serio la actividad política de García Márquez. No digo que siempre lo haya hecho bien o que siempre hayamos estado de acuerdo pero hablar de que es un ingenuo es lo más ingenuo que he escuchado, así como decir que es un lacayo de Castro", sostiene.
Martin también se adentra en los desencuentros y en la "sorprendente" frialdad del colombiano hacia el presidente venezolano, Hugo Chávez, dada la estrecha amistad de ambos con Castro.

"Creo que García Márquez piensa que Chávez es un populista y que, con todas sus buenas intenciones, puede que sea algo errático. Pero creo que no está en su contra, ni de lejos", considera.

Al presidente estadounidense Barack Obama también lo tiene como un político de buena fe, aunque dude de que "sea suficiente para hacer lo que quiere hacer".

El Nobel, recuerda Martin, le adelantó "que Obama iba a aflojar las tensiones entre Estados Unidos y Cuba y que iba a permitir el regreso de las familias cubanas unas semanas antes de que todo ocurriera".

"Parece que con todos sus problemas, todavía tiene o sus poderes adivinatorios o su red de inteligencia. O las dos cosas a la vez", señala con una sonrisa.

Pero más allá de Castro y de anécdotas como el misterioso incidente con Mario Vargas Llosa -"lo único que le interesa a la prensa del libro"- Martin espera que se le valore finalmente por los paralelismos que establece entre la vida y la obra del maestro de Aracataca (Colombia).
Porque aunque sus pesquisas han durado casi 20 años y el resultado ya está en las estanterías, el crítico reafirma que "donde más confesiones ha hecho García Márquez es en sus novelas".

27 octubre, 2009

DAN BROW ESTRENA SU NUEVA NOVELA; "EL SIMBOLO PERDIDO"....

Portada de 'El símbolo perdido', de Dan Brown (Planeta)
PLANETA - 27/10/2009
Babelia le ofrece, en primicia, dos capítulos del último 'best seller' mundial del autor de 'El código Da Vinci'
WINSTON MANRIQUE SABOGAL - Madrid - 27/10/2009

Washington es más que la capital de Estados Unidos, es el epicentro de un gran y decisivo secreto: la misión de la masonería guardada en un sello oculto. Y, para desvelarlo, Dan Brown ha escrito El símbolo perdido (Planeta), el último best seller global que llegará a las librerías de España y América Latina este jueves con un millón y medio de ejemplares. Un nuevo enigma que Babelia ayudará a desentrañar hoy en ELPAÍS.com, en primicia para el mundo hispanohablante, al ofrecer los dos primeros capítulos del último misterio del autor de El código Da Vinci, del que se han vendido 80 millones de copias.

La novela de Brown (Exeter, Estados Unidos, 1964) llega seis semanas después de batir récord de ventas en su primer día en su país: un millón de libros, de los cinco que se distribuyeron en las librerías. Y El símbolo perdido lo ha confirmado como el escritor más leído del momento. Seis años tardó en escribir esta historia.

Búsquedas, enigmas, secretos, acertijos, logias, sectas, claves, emblemas, rituales, juramentos, códigos ocultos, conspiraciones, pasadizos, creencias milenarias y astrológicas y misterios que hablan del sino de un país y del destino del mundo. Un laberinto de intriga que tiene como escenario la capital estadounidense, sobre todo el llamado Gran Triángulo formado por las avenidas Pensilvania y de la Independencia y la calle 14 Nort West, en cuyos alrededores están la Casa Blanca y el monumento de George Washington, uno de los padres fundadores de la nación, y uno de los supuestos responsable del impulso de la masonería desde el siglo XVIII.
El enigma se resuelve en doce horas frenéticas contenidas en 590 páginas. Para ello, Dan Brown vuelve a poner sobre la pista al especialista en simbología de El código Da Vinci, el profesor Robert Langdon, esta vez en compañía de una mujer experta en noética. Frente a ellos la directora de seguridad de la CIA y un asesino. De esta manera, el escritor deja a un lado los vericuetos religiosos de la supuesta dinastía de Jesús y la búsqueda del Grial que lo hicieron famoso, para meterse de lleno en las pesquisas de un sello masónico y, de paso, adentrarse en un universo secreto del que medio mundo ha oído algo y del cual se ha creado una sombra de misterio real.
La novela logra que a través de este enigma discurran reflexiones y hechos entorno a la razón, el pensamiento, la psicología, la intuición y la búsqueda de la fraternidad para enfrentar al mal. Y persiguiendo el ritmo frenético de la novela, mañana en Madrid habrá una maratón de lectura: 12 personas leerán en 12 horas El símbolo perdido (El Corte Inglés, de Goya).

25 octubre, 2009

"VIVIR DE VERDAD IMPLICA VIVIR APASIONADAMENTE"...

Entrevista con Eduardo Galeano
Galeano confiesa que “Gracias a la vida” es su canción favorita...¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción” Miguel Fauré Polloni Rebelión Hoy a las 2:29 368 lecturas 1 comentario

Un país con el nombre de un río Tres buses, una cacciola, taxis, micros, colectivos: 36 horas. Santiago y su calor demente. Luego la cordillera, largas nocturnas pampas y mi amada Buenos Aires. La luz del primer tren hasta el Delta del Tigre. Río de la Plata, el río-mar adormeciéndonos. Llegar a Colonia y cruzar praderas hasta alcanzar, de noche, al Montevideo que Galeano tan bien dibujó en “La Canción de Nosotros”. Era febrero y era carnaval, las calles en donde el día parecía ser sólo una excusa para la siesta en espera de la noche y su juego de disfraces. Yo soñaba con esta ciudad, la intuía en las canciones de Fernando Cabrera, la olía en el mate amargo de todos los días, la pintaba azulosa como nos cantó Drexler.

La Galeano Llegábamos al Uruguay en busca del hombre a quien le robáramos el nombre. Un nombre con el que bautizamos una experiencia que en Chile, durante diez años, jugó a sembrar afanes utópicos en territorios de la Academia. La Galeano, alguna vez intento de Universidad Social, siempre escuela de adultos y jóvenes no para cambiar el mundo sino para crearlo de nuevo. Esta Galeano estaba de cumple-década en 2009 y quería invitar a su fiesta a la víctima del robo. Era justo.

El día de los abrazos Un par de mails bastaron para concretar el encuentro. Galeano ya sabía de nosotros por esos recovecos del azar o quizás por esa edición de la revista galeana “Las Palabras Andantes” que le entregué a Daniel Viglietti en Caracas. Nunca lo supimos. Estábamos a punto de vernos las caras y los corazones por un ratito para burlar los años que demoró esta cita. El Café Brasilero era el punto de convergencia, un añoso rincón bohemio anclado junto al puerto, donde Eduardo nos espera desde hace unos minutos. Lo vimos por el ventanal, pidiéndose un café, vestido -como siempre- de azul oscuro. Van conmigo Ignacia Moraga y Vania González. Entramos.
Embarazadas dudas a la intemperie

Nosotros trazamos borradores de cómo cambiar algo (en) el mundo. Sin guía ni certeza alguna. A la intemperie. ¿Qué son las dudas embarazadas, Eduardo? “Yo hablo siempre que hay que dudar, que dudar es bueno, contra una tradición -a mi juicio nefasta- de la izquierda tradicional que elogiaba siempre a la certeza y desconfiaba de la duda. Creo que la duda es muy buena, porque la duda genera certezas más dignas de confianza que las certezas heredadas desde la verdad dogmática. Yo tengo algunas certezas pero que cada mañana desayunan dudas, ¡por suerte!, porque esas dudas que desafían las certezas las alimentan. Yo creo que el barbudo este don Carlitos Marx no se equivocó cuando creyó que la contradicción es el motor de la historia humana. En efecto, es la duda la que hace posible que las contradicciones que toda certeza encierra puedan expresarse de una manera fecunda y libre. Eso implica una negación del pasado dogmático, la idea de que el buen militante es un buen papagayo, un mono de buena conducta, que sabe copiar pero no sabe crear: una idea ajena a lo que el mundo necesita hoy por hoy para salir de este callejón sin salida”.
Lo pequeño es hermoso Y para salir de ese callejón están los movimientos sociales, utopías hechas a mano y sin permiso, a pulso, en la calle y el barrio: “Y unidos por esta especie de esperanza común, esperanza de que la realidad no sea un destino, que la realidad sea un desafío, donde todo pueda cambiar. No estamos condenados a repetir la Historia, podemos imaginarla, podemos hacerla”. Galeano es siempre una de las voces más queridas en instancias como los Foros Sociales Mundiales, “donde uno llegaba sintiendo que ésta es una familia más familia que la familia que tengo, porque es una familia sin fronteras, donde el único parentesco no es biológico sino la certeza de que otro mundo es posible”.


Contra los dolores evitables
“Lo que yo he aprendido, más bien a los golpes, a los porrazos, es a distinguir los dolores evitables de los dolores inevitables. O sea que los dolores que nacen de la pasión humana: el amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa, son dolores que nada, joderse, contra eso nada, pero que hay muchos otros dolores evitables que el sistema de poder multiplica. Yo siempre digo que no solamente te cobran el impuesto al valor agregado sino también el impuesto al dolor agregado: por si fueran pocos los dolores inevitables de la condición humana, el sistema te agrega otros, y entonces surgen los dolores evitables. Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños: ése es un dolor evitable, si será evitable que cada minuto este mismo mundo gasta tres millones de dólares en gastos militares, en la industria de la muerte, entonces bueno, a ver, ¿es evitable o no es evitable? ¿estamos condenados a trabajar para el exterminio del prójimo? ¿o es un sistema el que nos prepara para eso? Porque si eso es una fatalidad del destino, bueno, apagá y vamos, como han hecho varios viejos compañeros que han decidido más vale pasarla bien y olvidarse…”

Los otros nos salvan...
“Y nos pierden”, comenta entre risas cuando le cito a Rulfo, en esa idea que al final siempre son los demás, los otros, los que nos salvan: “en la medida en que la existencia es social -eso lo dijo Marx y es una cosa de sentido común- no hay existencia solitaria, ni siquiera un náufrago en una isla perdida en el océano como puede haber sido Robinson Crusoe, tuvo una inexistencia solitaria, no sólo porque se acercó ahí ese tal Viernes, sino también porque uno está habitado por la memoria de la vida vivida”.

Ser, cada uno, una multitud Recuerdo un fragmento que quiero mucho de “Días y Noches de Amor y de Guerra”: Yo tenía treinta años, pero entre la memoria y las ganas de seguir se había amontonado mucho dolor y mucho miedo. Había sido muchas personas, yo. ¿Cuántas cédulas de identidad tenía?
“Y sí, cada persona está llena de otras, hay una multitud dentro de mí y dentro ti y dentro ti y dentro ti (apuntándonos con el índice), cada uno es muchísimos, nadie está de veras solo. En todo caso, si te toca estar solo, no hay que vivirlo como ninguna tragedia, con la cantidad de gente que tenés adentro no te vas a aburrir, más bien tenés que pedirles que por favor no jodan, que te dejen en paz. Estamos todos habitados por las vidas que vivimos y las experiencias que tuvimos, nuestras desdichas, nuestros amores, nuestros desamores, amigos, las esperanzas, las desesperanzas, las traiciones, ¡uf! ¡si habrá cosas dentro de uno! Estamos llenos de gente”.
¿Y si eran ellas?
“Yo soy muy preguntón, muy curioso. Tuve la suerte de ver las pinturas de las cuevas de Altamira, en Santander, cuando todavía el acceso era libre, o sea antes de que las encerraran y las metieran en cristales. Entonces me tumbaron en una cama de piedra, (ahí supe que estaban en el techo y no en las paredes), y en aquel momento yo me pregunté: ¿cómo podían esos brutos pintar tan delicadamente? Si eran unos bestias que tenían que pelear a brazo partido contra los osos, contra los tigres, unos bestias totales, más bestias que los animales salvajes contra los que disputaban el derecho de existir, ¿cómo podían pintar así, tan delicadamente? ¿ellos? La pregunta era ¿o eran ellas?”

Cuando niños somos todos paganos
Al momento del encuentro Galeano estaba de luto: hacía ya dos días que había enterrado a Morgan, ese enorme y tierno perro que lo acompañaba en sus paseos por la Rambla. En uno de ellos, como siempre le ocurre a Eduardo, la vida le tendió un abrazo: ” veníamos los dos ahí caminando, con mala música, y en eso viene en dirección inversa una nenita chiquita, yo calculo que no tenía ni dos años, muy chiquita, brincaba y saludaba, ¡Hola pastito! ¡Hola pastito! … esas cosas a mí me devuelven las ganas de vivir porque a esa edad somos todos paganos. Después nos divorciamos de la naturaleza, nos divorciamos unos de otros, por culpa de una cultura que yo creo que ha hecho un daño enorme al género humano, que es la cultura dominante, ¿no? Pero a esa edad somos todos paganos, todos creemos. Esa misma niña vive unos pocos metros de mi casa, ahora tiene dos años y medio, saluda a la luna y conversa con ella con toda naturalidad. Imagina la cantidad de indios que fueron quemados en América por tener esas costumbres, de hablar con la lluvia, de hablar con la luna, de creer que la Tierra es sagrada, la cantidad que fueron asados por creer eso…”.

La realidad, una mierda, una maravilla
“La verdad es que cada día yo me desespero y cada día me desesperanzo. Me preguntan a mí ¿usted es optimista? Depende de la hora, a la hora que me agarrás. Yo no creo en los optimistas full time, esas sonrisas de oreja a oreja, que no importa, adelante que todo va a estar bien, no es lo mío. Yo creo que la realidad es una mierda pero también es una maravilla, el mundo es las dos cosas: una mierda y una maravilla. Ahora leí un poema que me gustó mucho, que me dejó acá en el café un poeta joven de Córdoba, Argentina, un chico que tendrá 18 ó 19 años. Él imagina que está conversando con un perro viejo que duerme bajo un puente, muy castigado por la vida, entonces el perro le dice ‘El mundo es una pulga muy, pero muy difícil de rascar’, me pareció estupenda, ¡mirá que linda definición del mundo!, y sí, eso es el mundo. Además me gustó porque no es nada solemne, lo hizo con ternura, no dijo el mundo es este astro del que somos huésped, esta piedra que habitamos, nada de eso, el mundo es una pulga muy difícil de rascar, perfecto, ¡bárbaro!”.

Amares de la vida cotidiana para inventar el mundo cada día… Galeano es un hombre enamorado. No sólo de la vida, lo sabemos, también de Helena de los Sueños Mágicos. Habla de ella con una pasión y una ternura que sólo puede tener un amante adolescente. “Soy polígamo pero con una misma mujer”, ha dicho en varias ocasiones. Me imagino sus libros como pequeños atrapasueños en donde a veces, por fortuna o simple casualidad, cae uno de esos pájaros de la imaginación que Helena echa a volar por las noches. Y están por ahí revoloteando, aves caóticas, cocuyos multicolores, en distintos textos y momentos de su vida. “Sueño soñar siempre” escribió Arantxa alguna vez. Por eso, pienso ahora, comparten ellas el mismo hábito: vagar los mundos que nos reinventan cada día. Como hoy.
Entra en la noche como quien entra en un cine…
“Esta mujer tiene sueños prodigiosos, impresionantes, muy humillantes para mí, se dedica a humillarme cada mañana: hay un sadismo femenino (risas). Son muchísimos sueños así, impresionantes- que ella tiene para sintetizar la vida, para ser capaz de expresar en un lenguaje que es el lenguaje del arte, expresar procesos vitales, las cosas que ocurren en el mundo a través de una pequeña minúscula historia. Ella no escribe pero es como una narradora, entra en la noche como quien entra en un cine, y ahí hace sus películas, narra cinematográficamente la realidad”.

Mujeres que dicen chau Galeano estuvo a punto de morir de un infarto. Había pasado su vida diciendo adiós, lo confesó a sus treinta de vivir y soñar. También a esa edad perdió a uno de sus amores más sangrados. Flavia era Mariana para salvarle la vida a Flavia. Y cuando ella no estuvo más, creo que Galeano murió un poco. Le comento sobre dos de sus cuentos que a mí me incendian por dentro: “Garúa” y “La muchacha del tajo en el mentón”. Y sí, son para la misma persona . Son la misma mujer. Y claro, esa clase de mujeres que dice chau y tá, no hay más que hacer, romperse el corazón de tanto usarlo como dice en “Resurrecciones”. Le doy las gracias entonces por poner alguna vez en palabras lo que yo siempre quise decir y no pude, aún no puedo, eso que él le escribió a una mujer que bien pudo llamarse Helena, Mariana o Ignacia:
“La confundiré con otras. Le buscaré el nombre y la voz y la cara. Le sentiré el olor en la calle. Me voy a emborrachar y no me servirá de nada, pensé, y supe, como no sea con saliva o lágrimas de esa mujer”.

Ventana sobre la pasión humana Galeano está acá, con nosotros en este café, bajo el sol y la brisa marina montevideana, y no puedo dejar de pensar que también acá estuvo con tantos otros personajes maravillosos. A las paredes del Brasilero se arriman, por ejemplo, fotos de Zitarrosa y de Benedetti. Recuerdo que este mismo hombre que nos habla de santos y demonios estuvo también -por nombrar a los más queridos- junto al Che y a Cortázar.

¿Qué te dejaron, Eduardo?

“En el fondo es quizás es una fe en la pasión humana. Buda decía que la pasión es la fuente del dolor, y que para suprimir el dolor hay que suprimir la pasión, pero a mi no me interesa ser una piedra perdida en el espacio. Yo creo que de eso se trata, del orgullo de la pasión: que venga la pasión con toda su carga de dolor, es el precio de estar vivo. Vivir duele y bueno, al que no le guste que se mate, pero digo vivir para vivir de verdad implica vivir apasionadamente”.

Gracias a la vida
Al despedirnos, Galeano nos cuenta que un viejo cliente del café, hace unos días, miraba atentamente las fotos en las paredes, en muchas de las cuales aparece Eduardo en solitario o envuelto en cálidos abrazos. “Están casi todos muertos, fíjese”, le decía maliciosamente. Nos reímos. Galeano no le teme a la muerte, se le nota. Hace muy poquito acaba de salir victorioso ante un cáncer. En su vida le ha ido ganando porfiadamente a muchas bestias asesinas. No hay nada que temer. Recordamos a Violeta Parra y esa forma tan dulce de decir adiós. Sin odios ni resentimientos, agradeciendo su intenso andar por este mundo. “Gracias a la vida” es la canción favorita de Eduardo, me lo confiesa. ¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción”.

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19 octubre, 2009

"LAS LAGRIMAS DE EROS"....

'San Sebastián' , José de Ribera, 1651
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA - 2009-10-19

'Lágrimas', Man Ray, 1932
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA - 2009-10-19
Índice

'Jane Avril', Henri de Toulousse-Lautrec, 1899
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA

'El beso', Max Ernst, 1927
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA


'Andrómeda', Gustave Doré, 1896
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA - 2009-10-19

'Venus dormida', Paul Delvaux, 1944
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA - 2009-10-19

Mujer invisible dormida, caballo y león, Salvador Dalí, 1930
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA


'La tentación de san Antonio', Paul Cezanne, 1877
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA

'Endimión dormido'. Antonio Canova, 1822
MUSEO THYSSEN BORNEMISZA


'Liberada', John de Andrea, 1989MUSEO THYSSEN BORNEMISZA - 2009-10-19


Luces y sombras de Cupido
Heterosexualidad, homosexualidad masculina y femenina, voyerismo, exhibicionismo, sadomasoquismo, belleza y placer, muerte y orgasmo, todas las formas de deseo tratadas por el arte en 'Las lágrimas de eros', la exposición de la temporada en el Museo Thyssen


Beckham deslumbra entre los grandes de la historia del Arte

Mañana se abre al público en el Museo Thyssen la exposición 'Las lágrimas de Eros', un recorrido por la historia del erotismo de la mano del arte.

ÁNGELES GARCÍA - Madrid - 19/10/2009

La historia del erotismo es la historia de la humanidad y, por tanto, es también la historia del Arte. Esta es la tesis que se cuenta en Lágrimas de Eros, la exposición que hoy se abre al público en la Fundación Thyssen y en Caja Madrid y que, con toda seguridad, será la exposición de la temporada. Con 119 obras procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, Guillermo Solana, conservador jefe del Thyssen, ha comisariado una exposición tan original como arriesgada.

Construida sobre la base de los grandes mitos de la Antigüedad, la exposición habla de todas las orientaciones posibles del deseo: heterosexualidad, homosexualidad masculina y femenina, voyerismo, exhibicionismo , sadomasoquismo, decapitación y suicidio. Belleza y placer, muerte y orgasmo se dan la mano es esta peculiar muestra en la que la escultura y pintura clásica se intercalan con la fotografía y el vídeo. Caravaggio, Rousseau, Cezanne Picasso, Dalí, Oscar Domínguez, Antonio Saura, Rodin, Courbet, Edvard Munch, Man Ray, Louise Bourgeois,Warhol, Maplethorpe, Bill Viola y Sam Taylor-Wood son algunos de los artistas representados.

Guillermo Solana, responsable artístico del Thyssen desde hace cuatro años confesó ayer que la idea de montar esta exposición le vino a la cabeza hace año y medio. "Estaba en un momento muy bajo. Los proyectos parecían haber tocado techo y las expectativas no eran las mejores posibles. Vivía un momento de algo parecido a la depresión. Si seguía, tenía que cambiar el rumbo del museo y conseguir que, de verdad, vinieran a estas salas toda clase de personas. Supe que tenía que encontrar una fórmula con más compromiso, más audacia y más valor de la que hasta entonces habíamos utilizado El erotismo está en todas nuestras relaciones y es la mejor forma de llegar a todo el mundo."

El andamiaje de la exposición se levanta sobre mitos tan reconocibles como Eva, las sirenas, Endimión, San Sebastián....Todas las salas mezclan obras de maestros del pasado con artistas contemporáneos.

En el espacio del Museo Thyssen, la exposición se abre con Venus, la diosa de la belleza y sigue Eva y la serpiente, Esfinges y sirenas, Las tentaciones de San Antonio, el martirio de San Sebastián, Andrómeda encadenada y el Beso. En Caja Madrid las salas recrean los mitos de Apolo y Jacinto, Cleopatra o la agonía voluptuosa, Magdalena penitente, cazadores de cabezas y, la sala estrella de la exposición: El sueño de Endimión. Aquí está David Beckham durmiendo el vídeo de 20 minutos de duración realizado por Sam Taylor-Wood. Como el joven pastor Endimión, el bello futbolista aparece entregado a un sueño eterno. Con el torso desnudo, se le ve en un profundo descanso. A veces acomoda su cabeza sobre la almohada o desplaza su tatuado brazo sobre la cabeza. Eso es todo. Pero si en la presentación a la prensa ya fue la pieza más contemplada, cabe suponer que va a ser la obra más popular de esta peculiar exposición.

Su único posible rival de estrellato van a ser los preservativos fabricados expresamente para el merchandaising de la muestra. La caja , con tres unidades, reproduce el cuadro Eva y la serpiente de Jan Gossaert y se vende por 3'5 euros.

15 octubre, 2009

CAIN: LA NUEVA NOVELA DE JOSE SARAMAGO....

ALGUN DIA EN ALGUNA PARTE
CAIN: LA NUEVA NOVELA DE JOSÈ SARAMAGO

Queridos amigos: Saramago ha escrito otro libro. Su título es Caín, y Caín es uno de los protagonistas principales. Otro es Dios y otro es la humanidad, con sus distintos nombres y pulsaciones. En este libro, como en los anteriores, El Evangelio según Jesucristo, por ejemplo, nuestro escritor no se anda por las ramas, ni se busca subterfugios a la hora de abordar lo que durante milenios, y en las distintas culturas y civilizaciones, han dicho que es intocable e innombrable: la divinidad y el conjunto de normas y preceptos que los hombres establecen en torno a esa figura para exigirse a sí mismos -o tal vez sería mejor decir para exigirles a otros- una fe inquebrantable y absoluta, en la que todo se justifica, desde negarse a uno mismo hasta la extenuación, o morir ofrecido en sacrificio, o matar en nombre de Dios.

Caín no es un tratado de teología, ni un ensayo, ni un ajuste de cuentas: es una ficción en la que Saramago pone a prueba su capacidad narrativa al contar, desde su peculiar estilo, una historia de la que todos conocemos la música y algunos fragmentos de la letra.

Pues bien, con la cabeza alta, que es como hay que mirar al poder, sin miedos y con buen trazo José Saramago ha escrito un libro que no nos va a dejar indiferentes, que provocará en los lectores desconcierto y quizá alguna angustia, pero, amigos, la gran literatura está para clavarse en nosotros, lectores, como un puñal en la barriga, no para adormecernos como si estuviéramos en un fumadero de opio y el mundo fuera pura fantasía.

Este libro nos atrapa, lo digo porque lo he leído, nos sacude y nos hace pensar: apuesto a que cuando lo terminéis, cuando hagáis el gesto de cerrarlo sobre las rodillas, vais a mirar al infinito, o cada uno a su interior, diréis un ufff que os saldrá del alma, y empezará una buena reflexión personal a la que, más tarde, seguirán conversaciones, discusiones, posicionamientos y, en muchos casos, cartas diciendo que esas ideas estaban pidiendo forma, que ya era hora de que el escritor se metiera en faena y gracias por hacerlo con tan hermosos resultados.
Esta última novela de José Saramago, que no es muy larga, ni podría serlo, porque necesitaríamos más fuelle del que tenemos para enfrentarnos a ella, es literatura en estado puro. Dentro de muy poco podréis leerla en portugués, castellano y catalán, y entonces veréis que no exagero, que no me mueve ningún desordenado deseo al recomendarla: lo hago desde la más absoluta subjetividad, porque desde la subjetividad leemos y vivimos. Y os hablo a los amigos, porque esta carta solo a vosotros va dirigida. Con mucha alegría.
Felicidades a todos los lectores: un año después del Viaje del elefante tenemos otro Saramago. Son tres libros en un año, porque también hay que contar con los Cuadernos, el libro que vamos leyendo aquí cada día. No podemos pedir más, nuestro hombre ha cumplido y de qué manera. La edad, amigos, agudiza la inteligencia y agiliza la capacidad de trabajo. Qué suerte tenemos los lectores de tener quien nos escriba”.
Pilar del Río.

Las imágenes utilizadas son de Francisco de Holanda, pintor y humanista portugués. Más información en Instituo Camões La música del vídeo es Il Terremoto presto, composición de Joseph Haydn, interpretada por Jordi Savall.

Fuente: Fundación Saramago.
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SARAMAGO ARREMETIÒ CONTRA EL PAPA Y EL VATICANO....

PRESENTA SU NUEVO LIBRO, "CAÍN"

Famoso por su oposición a las religiones el Nobel portugués dijo: “Si todos fuéramos ateos, viviríamos en una sociedad más pacífica”.
09:25
15.10.2009

“Que Ratzinger tenga el valor de invocar a Dios para reforzar su neomedievalismo universal, a un Dios que jamás ha visto, con el que nunca se ha sentado a tomar un café, demuestra solamente el absoluto cinismo intelectual del personaje”, cuestionó Saramago.
Este jueves sale a la venta el nuevo libro de escritor portugués José Saramago. Se titula Caín, se edita en español, portugués y catalán tanto en la Península Ibérica como en América Latina, y a través de sus páginas acusa a Dios de ser el autor intelectual del asesinato de Abel por no haber aceptado el sacrificio que Caín le había ofrecido.
No es nuevo que Saramago es un tenaz opositor a las religiones. Ha dicho: “Sin religiones el mundo sería un lugar más pacífico” o “se alimenta de la muerte”. También sostuvo que “no servirán nunca” o que “si todos fuéramos ateos, viviríamos en una sociedad más pacífica”.
La presentación de la novela será el domingo en un festival literario en el norte de Portugal, pero hasta ayer el Premio Nobel de Literatura 1998 se encontraba en Roma promocionando su libro anterior, Los cuadernos, y aprovechó su visita para criticar a la religión, a Dios, a la Iglesia y al papa Benedicto XVI.
“Que Ratzinger tenga el valor de invocar a Dios para reforzar su neomedievalismo universal, a un Dios que jamás ha visto, con el que nunca se ha sentado a tomar un café, demuestra solamente el absoluto cinismo intelectual del personaje”, cuestionó Saramago, quien por otra parte confesó que ha dejado de ser un ateo tranquilo para convertirse en uno cuestionador: “A las insolencias reaccionarias de la Iglesia católica hay que responder con la insolencia de la inteligencia viva, del buen sentido, de la palabra responsable. No podemos permitir que la verdad sea ofendida todos los días por presuntos representantes de Dios en la Tierra a los que en realidad sólo les interesa el poder”, afirmó.

14 octubre, 2009

SARAMAGO: "BERLUSCONI ES EL FASCISMO DE CORBATA DE ARMANI"....

El premio Nobel portugués, aclamado en Italia durante la presentación de su libro 'Cuaderno'
MIGUEL MORA - Roma - 14/10/2009

"No tengo la menor duda de que Berlusconi quiere reimplantar el fascismo en Italia", afirma José Saramago. "No es un fascismo como el de los años treinta, hecho de gestos ridículos como levantar el brazo. Pero tiene otros gestos igualmente ridículos. No será un fascismo de camisas negras, sino de corbatas de Armani".

Está delgado y frágil, habla con un hilo de voz, pero ha sacado fuerzas de no se sabe dónde y aquí está, de gira por Italia para presentar su libro El cuaderno, que ha editado la editorial Bollati Boringhieri.

Saramago llegó este miércoles a Roma desde Milán, y antes estuvo en Alba (Piamonte). El público se emociona y rompe a aplaudir cuando canta las verdades del barquero y lanza improperios y acusaciones. "Berlusconi corrompe todo lo que toca". "Berlusconi es patético, ridículo y vulgar". Y más: "Berlusconi dice que es ofensivo que una prostituta vaya a la televisión. ¿Y que vaya a la cama del primer ministro no lo es?".

Saramago cumple 87 años el mes que viene. Sabe que este viaje será el último que haga a Italia, y está contento de ver que su espíritu irreverente y sus verdades incómodas han seducido a un público entregado. "La gente tiene ganas de oír esas cosas. No es verdad que Berlusconi sea lo mismo que Italia", cuenta, sentado ante un desayuno que no toca, en su habitación del hotel Locarno, de Roma. "Ya le gustaría a él. Lo que no quiere decir que yo tenga esperanza de que nada cambie. Veo pocas conciencias despiertas. Menos mal que hay algunas, porque si no estaría todo perdido".
El martes, le acompañaron en el teatro Parenti el periodista Marco Travaglio y el escritor Marco Belpoliti. Leyeron pasajes del libro los actores Anna Galiena y Alessandro Cremona. Antes, en Alba, más de mil personas llenaron el teatro municipal para oírle hablar sobre el poder de la palabra. Esta noche, la cita es en el teatro Quirini Gassman.
"Esa acogida demuestra que ya no hay diferencia entre la escritura de un blog y la escritura literaria", comenta. "El libro es un compendio de textos literarios sobre la actualidad. Creo que al público le es indiferente ese debate sobre la inmediatez del periodismo. Quieren leer cosas de calidad e ideas".

El cuaderno, un repaso literario de la actualidad mundial escrito a lo largo de un año y medio en su blog, se ha colocado ya en la lista de los ensayos más vendidos, después de que Einaudi, su editorial de siempre, declinara su publicación por los epítetos que el Nobel de 1998 dedica a Berlusconi.

11 octubre, 2009

LOS OLVIDADOS DEL NOBEL....

A la izquierda, la científica Barbara McClintock. A la derecha, el escritor Luis Borges.- AP

REPORTAJE

Ni Mendeleyev ni Gandhi ni Tolstói recibieron el premio - La selección implica a 6.000 expertos, y la Academia prefiere omisión a escándalo
JAVIER SAMPEDRO 11/10/2009

¿Qué premio Nobel explicó la física cuántica de la radiactividad, postuló la versión moderna del Big Bang, propuso que las estrellas brillan por reacciones termonucleares y descubrió el concepto de código genético? Ninguno. La persona existió -se llamaba George Gamow-, pero no recibió el premio. Ni el de física ni el de medicina.

Edison y Tesla se quedaron sin premio porque no se podían ni ver el uno al otro
El mayor hito de la biología del XX, la doble hélice del ADN, no fue elegido

Einstein obtuvo el galardón, pero no por la teoría de la relatividad

Tienen que pasar 50 años antes de hacer públicas las deliberaciones
Nobel dijo que el de Literatura fuera para escritores de "tendencia idealista"

Muchos expertos piden nuevas categorías, como matemáticas o cine

Tampoco lo recibió Dmitri Mendeleyev, cuya tabla periódica decora las escuelas de todo el mundo; ni Oswald Avery, que demostró que el ADN es la molécula portadora de la información genética; ni Lise Meitner, descubridora de la fisión nuclear; ni Julius Lilienfeld, creador del transistor; ni George Zweig, codescubridor de los quarks. Es sólo el arranque de una larga lista de ilustres no premiados nunca con un Nobel de ciencias.

Y fuera de las ciencias es peor aún. El pacifista más célebre del siglo XX, Mahatma Gandhi, no recibió el Nobel de la paz, a diferencia de Henry Kissinger o Yasser Arafat. Y el de literatura ha tenido que afinar realmente su puntería para no recaer en León Tolstói, Anton Chejov, Franz Kafka, Marcel Proust, James Joyce, Henry James, Vladimir Nabokov, Graham Greene o Jorge Luis Borges, por citar sólo a los muertos.

El Nobel, con todo, sigue siendo el premio más prestigioso que puede recibir un intelectual en este planeta. Y su prestigio no se debe a la tradición -¿por qué tendría el mundo que respetar una tradición sueca?-, sino a su exhaustivo mecanismo de selección. Los premios que hemos conocido esta semana son el resultado de un año de investigación sobre los candidatos.
La Real Academia Sueca de Ciencias (que concede los premios de física, química y economía), el Instituto Karolinska (medicina), la Academia Sueca (literatura) y el Comité Nobel Noruego (paz) invitaron en octubre del año pasado -como hacen cada otoño- a 6.000 expertos de todo el mundo a presentar las nominaciones (nunca de sí mismos).

Eso son unos 1.000 expertos por premio, entre ellos, los anteriores premios Nobel de cada área, y el resultado suelen ser 100 o 200 nominaciones en total. Los seis comités Nobel, uno por premio, empezaron en febrero a seleccionar esas nominaciones, y sólo han acabado hace un par de semanas. Durante este proceso consultan a muchos expertos externos, y de ahí suelen venir los rumores sobre la identidad de los premiados, por lo general escasos y poco fiables.
Una selección de este tipo garantiza que todos los premiados merecen serlo -en ciencia ha habido pocas concesiones controvertidas-, pero no que todos los merecedores sean premiados. Es lógico por lo tanto que la mayoría de las decisiones polémicas de la Academia lo hayan sido sobre todo por ausencia. O por tardanza, que sólo difiere de la ausencia en la longevidad del candidato. Pero lo cierto es que cada caso es un mundo.

Una clase minoritaria de no-premiados son los que el físico británico John Gribbin llama los visionarios. Son "más importantes que los premios Nobel", según Gribbin. El paradigma es el mismo Gamow citado en el primer párrafo. Su influencia en la ciencia es incalculable, aunque también en el sentido literal: que no puede calcularse. Son ideas, avistamientos, pautas. Su alcance se debe a cómo han influido en otros científicos, y el Nobel suele ser para éstos.
Gamow nació en Odesa cuando era parte del Imperio Ruso, y estudió física en San Petersburgo cuando se llamaba Leningrado, pero trabajó toda su vida en Gotinga, Copenhague, Cambridge y Boulder (Colorado, EE UU). En 1948 propuso con Ralph Alpher la teoría del Big Bang. Otros físicos habían especulado antes con la idea, pero fue el artículo de Alpher y Gamow el que permitió demostrar el Big Bang 15 años después.
Como Alpher y Gamow parece alfa y gama, Gamow no pudo resistirse a buscar una beta para redondear el artículo. La encontró pronto en uno de los grandes físicos teóricos del siglo XX, Hans Bethe, a quien persuadió de firmar el trabajo pese a su nula contribución. El histórico artículo The origin of chemical elements salió así firmado por Alpher, Bethe y Gamow, a satisfacción de este último. Bethe, al menos, sí recibió el Nobel, aunque por otra cosa.
James Watson y Francis Crick descubrieron la doble hélice del ADN en 1953. Poco después de haber publicado el hallazgo en Nature recibieron una carta de Gamow, a quien no conocían de nada. El físico proponía allí el primer modelo de un código genético: un lenguaje que traducía el orden lineal de las letras del ADN -recién descubierto por los receptores de la carta- en otro tipo de secuencia: la hilera de aminoácidos que constituye las proteínas. Su modelo concreto era incorrecto, pero el concepto de código genético resultó capital.

Thomas Edison patentó 1.093 inventos, entre ellos el fonógrafo, el altavoz y el micrófono del teléfono, las piezas clave del cinematógrafo, el primer generador eficaz y un modelo de ferrocarril eléctrico. Y la bombilla, por supuesto. Entretanto, su colega Nikola Tesla ideaba las dinamos de corriente alterna, la transmisión de la energía eléctrica y la bobina de inducción, que le permitió adelantarse a Marconi en la patente de la radio. Edison y Tesla fueron nominados al Nobel en 1915, pero la Academia los descartó por una razón de peso: no se podían ni ver el uno al otro. Marconi había recibido el galardón seis años antes.

Durante la primera mitad del siglo, los experimentos en aceleradores descubrieron tantas partículas subatómicas que los físicos las llamaban "el zoo": protones, neutrones, rho, delta, sigma, xi, kaones, antikaones, piones, cientos de partículas elementales. En 1964, Murray Gell-Mann y George Zwieg se dieron cuenta de que podían explicarlas como distintas combinaciones de sólo tres partículas aún más elementales: los quarks. Gell-Mann, que fue quien les puso ese nombre, fue el único de los dos que recibió el premio Nobel. Zwieg los había llamado "ases".
El mayor descubrimiento de la biología del siglo XX, la doble hélice del ADN -la clave de la herencia-, no hubiera sido posible sin un dato previo esencial: que el ADN es el material hereditario. Fue Oswald Avery quien lo demostró en 1944, y contra todo pronóstico, porque casi todos los científicos pensaban lo contrario hasta entonces (y la mayoría siguió pensándolo aún después).

La razón de que Avery no recibiera el galardón ha sido un misterio durante 50 años, el tiempo que tarda la comisión Nobel en hacer públicas sus deliberaciones. Hoy se sabe que el químico sueco Einar Hammarsten bloqueó su candidatura, y que siguió haciéndolo incluso después de que Watson y Crick descubrieran la doble hélice en 1953. Hammarsten creía que la información genética estaba en las proteínas, y su convicción era impermeable a los datos.
Barbara McClintock descubrió los transposones -genes que saltan de un lugar a otro del genoma- en 1948 con una serie impecable de experimentos en el maíz. No sólo demostró su existencia, sino también que suelen alterar la actividad de los genes que tienen al lado, y percibió que debían ser muy importantes en el desarrollo y la evolución. McClintok ya estaba reconocida para entonces como una de las genetistas más brillantes del mundo, pero sus resultados fueron recibidos con escepticismo por muchos científicos, e ignorados por muchos otros.
El resultado fue que McClintock recibió el Nobel, pero 35 años después, cuando ella había cumplido 81. Al menos pudo vengarse en la cena protocolaria de Estocolmo con estas palabras: "Debo admitir que al principio me sentí sorprendida, y después confundida. Nadie me invitaba a dar clases o seminarios, ni a intervenir en comités o tribunales académicos. Pero ese largo intervalo resultó ser una delicia. Me dio una completa libertad para seguir investigando por puro placer y sin interrupciones".

Einstein ganó el premio Nobel en 1921 por su explicación del efecto fotoeléctrico, uno de los artículos clave que publicó en su annus mirabilis de 1905. Esto implica que su teoría de la relatividad, uno de los dos pilares de la física actual junto a la mecánica cuántica, es otro de los grandes olvidados de la Academia, aunque su autor no lo sea. Y la razón tiene esta vez algo de paradójico.

Einstein formuló la relatividad, también en 1905, para responder a la pregunta: ¿qué ocurriría si una persona corriera tan deprisa que lograra alcanzar a una onda de luz? La persona vería una onda de luz que está quieta, como parece quieto un tren que se mueve en paralelo al nuestro. Pero la velocidad de la luz es una ley fundamental de la naturaleza, y por tanto no puede parecerle quieta a nadie.
La solución de Einstein fue aceptar los hechos y derivar sus consecuencias lógicas, por extrañas que pareciesen. La velocidad no es más que el espacio partido por el tiempo. Si la velocidad de la luz tiene que ser constante aunque corras tanto como ella, es que el tiempo y el espacio no pueden serlo. Esta teoría de 1905 se llama relatividad especial, y una de sus consecuencias directas es la célebre ecuación E=mc2, que reveló que la masa (m) y la energía (E) son dos caras de la misma moneda, y que una ínfima cantidad de masa puede convertirse en una gran cantidad de energía al multiplicarse por el cuadrado de la velocidad de la luz (c), que es un número enorme. Es el fundamento de la energía nuclear y de la bomba atómica. También del brillo de las estrellas.
Einstein fue nominado por esta teoría varias veces desde 1910, pero la Academia prefirió esperar a que los experimentos despejaran las dudas. Eso ocurrió en 1915, pero para entonces Einstein ya había desarrollado la relatividad general, la teoría de la gravitación que corrigió a Newton. Y ésta era más chocante aún que la relatividad especial, por lo que Estocolmo se volvió a echar atrás. De modo que el físico fue, en cierto modo, víctima de su propio éxito. Sin embargo, éste es un asunto sobre el que los científicos sólo albergan una duda: si Einstein mereció otros dos premios Nobel, o si más bien fueron tres.
Alfred Nobel, el inventor de los premios -y de la dinamita-, dejó escrito en su testamento que el galardón de literatura se concediera a escritores de "tendencia idealista". El comité se tomó la frase a la tremenda en los primeros tiempos, y la adujo para rechazar las candidaturas de Tolstói, Twain, Ibsen y Zola. Cuando se relajó la norma ya estaban todos muertos.

Karel Capek, el gran escritor checo de la primera mitad del siglo XX -e introductor de la palabra robot-, suscitó las dudas del comité Nobel por sus obras antinazis de los años treinta. A los académicos les parecían demasiado insultantes para el Gobierno alemán. De todos modos quisieron dar una oportunidad a Capek, de cuyos méritos literarios no dudaban, y le pidieron que presentara alguna obra menos controvertida. "Gracias por la intención", respondió Capek, "pero ya escribí mi tesis doctoral". Se quedó sin premio, como es natural.
El caso de 1974 en literatura es poco representativo, pero aún menos eludible. Vladímir Nabokov, Graham Greene y Saul Bellow fueron rechazados ese año para otorgar el premio a Eyvind Johnson (Retorno a Ítaca) y Harry Martinson (Ortigas en flor), dos escritores bastante conocidos en Suecia, entre otras cosas por ser miembros de la Academia Sueca.
No está claro cuánto podrán resistir los Nobel con su esquema actual. Los matemáticos y los paleontólogos siempre se han quejado de que no haya un Nobel para sus disciplinas, pero la lista de agraviados puede crecer pronto hasta límites insoportables. Porque tampoco hay un Nobel de computación, ni de nuevos materiales, ni de nanotecnología ni de climatología. Ni de cine, que se lo podrían haber dado a Ingmar Bergman sin hacer el ridículo.

08 octubre, 2009

PREMIO NOBEL: "ME HE QUEDADO MUDA"...

La Nobel de Literatura 2009, Herta Müller, en una imagen de archivo
AFP - 08-10-2009

La escritora alemana Herta Müller ha sido galardonada con el Nobel de Literatura 2009

ELPAÍS.com/ EFE - Madrid / Estocolmo - 08/10/2009


"Estoy sorprendida y todavía no me lo puedo creer. De momento no puedo decir más", ha dicho Müller en una primera reacción difundida por su editorial alemana Hanser. Ya antes, al recibir la noticia a través del secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund, la escritora había dicho que se había quedado muda pero prometió a su interlocutor que recuperaría el habla para el 10 de diciembre, cuando le sea entregado el premio en Estocolmo. El premio a la escritora alemana de origen rumano ha sido anunciado por primera vez en directo a través de ha retransmitido en directo por YouTube.com.

Nobel de Física a los dominadores de la luz que llevaron a la comunicación por fibra óptica y la fotografía digital
El Nobel de Medicina, para los descubridores de un mecanismo biológico relacionado con el cáncer
Nobel de Química para el hallazgo de las factorías de proteínas en las células
Así se cuece un Premio Nobel

Müller (nacida en 1953), es poeta y novelista. Su obra narra la vida en Rumania bajo la tirania del dictador Ceaucescu. El galardón, dotado con cerca de un millón de euros, reconoce en Müller su capacidad para describir "el paisaje de los desposeídos". En España están editadas varias de sus obras, entre otras En tierras bajas y El hombre es un gran faisán en el mundo (ambas en Siruela), La bestia del corazón (Mondadori) y La piel del zorro (Plaza&Janés).
La obra de la Premio Nobel de Literatura Herta Müller encarna en buena parte el destino de las minorías alemana en los países del centro de Europa que, tras el fin de la II Guerra Mundial, en muchas ocasiones tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacionalsocialismo. La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf (Rumanía) en 1953 y en una familia de la minoría alemana en ese país -a la que pertenecieron otros escritores emblemáticos alemanes como Paul Celan u Oskar Pastior- y desde muy pronto trató de tender puentes entre las dos culturas a las que pertenecía.
Herta Müller estudió filología germánica y filología rumana simultáneamente, tratando de profundizar los conocimientos de las dos literaturas a las que sentía que pertenecía. Con la Rumanía oficial, regida por el dictador Nicolai Ceacescu, entró en conflicto muy pronto al ser despedida de su primer trabajo, como traductora en una fábrica de máquinas, por negarse a colaborar con la Securitate, el servicio secreto de la Rumanía comunista.

Su primer libro, Niederungen (En tierras bajas), también fue motivo de conflicto. El manuscrito reposó durante cuatro años en la editorial antes de que finalmente pudiese publicarse, en 1982, con recortes impuestos por la censura rumana. Dos años después, la versión original del libro apareció en Alemania, ante lo que las autoridades rumanas reaccionaron imponiéndole a Herta Müller la prohibición de publicar. En Alemania, en cambio, Niederungen le valió un reconocimiento literario inmediato y la novela recibió el premio Aspekte, al mejor debut en lengua alemana del año. En ese libro, compuesto de una larga narración de unas ochenta páginas y de otras narraciones breves, Müller enfoca, con mirada infantil, la vida de un pueblo alemán perdido en Rumanía.

Se trata de un pueblo venido a menos tanto en lo económico como en lo moral. "No soportamos a los demás ni nos soportamos a nosotros mismos y los otros tampoco nos soportan", dice en algún momento la voz de la niña que narra la historia. La historia que cuenta Herta Müller en Niederungen es, en buena parte, una historia de represión permanente y de incomunicación que empieza por la vida familiar y sigue con las relaciones de los individuos con el estado. Las descripciones cotidianas se mezclan con historias tomadas de supersticiones populares y con leyendas lo que hizo que en su momento la forma de hacer literatura recordará al crítico Friedrich Christian Delius los recursos utilizados por el mexicano Juan Rulfo en Pedro Páramo.

Niederungen había acabado con las posibilidades de Herta Müller de hacer carrera literaria en Rumanía pero le abrió, por contra, todas las puertas en Alemania. En 1987 la escritora logró abandonar Rumanía y se instaló en Berlín, donde vive y trabaja desde entonces. La Rumanía de Ceacescu - y el destino de la minoría alemana allí- es el tema de buena parte de sus obras. En Der Mensch ist ein groses Fasan auf der Welt (El ser humano es un gran faisán en el mundo) aborda el destino de una familia alemana que espera con ansiedad la autorización para abandonar Rumanía. En su última novela, Atemschaukel, cuenta la historia de un chico de 17 años que después de la II Guerra Mundial es llevado por los rusos para ayudar en un campo de trabajo a la reconstrucción de la Unión Soviética en un destino que compartieron muchos miembros de la minoría alemana. Los rusos consideraban que con ello los alemanes pagaban sus culpas como cómplices de Hitler, sin importarles que algunos de ellos hubieran sido también víctimas del nazismo.

En Atemschaukel, por ejemplo, hay un personaje, David Lommer, que es judío y que sin embargo termina también en el campo de trabajo con los otros miembros de la minoría alemana. Atemschaukel es el intento de Herta Müller por desentrañar lo que se escondía detrás del silencio de su madre, y de otros muchos rumanos-aleanes de su generación, que no se atrevían a hablar nunca del tiempo que habían pasado en campos de trabajo soviéticos.
Con su madre, Herta Müller nunca pudo hablar sobre el tema pero si lo hizo con el poeta Oskar Pastior que también había estado en un campo de trabajo e incluso los dos escritores llegaron a plantear la posibilidad de escribir juntos un libro sobre el tema. El proyecto fue interrumpido por la súbita muerte de Pastior, en 2006 cuando acababa de recibir el Premio Georg Büchner, ante lo que Müller optó por aprovechar sus conversaciones con el poeta, y con otros que habían tenido la misma experiencia, para abordar el tema en forma de novela.
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06 octubre, 2009

REIVINDICANDO A NIETZSCHE (III)---"LA GRAN POLITICA"


Gran Política, entendida dentro de un ámbito inconmensurablemente mucho más amplio, y plantea otras exigencias que la de la política moderna al uso, acostumbrada a una visión inmediatista y trivial.
Hernán Montecinos Para Kaos en la Red Hoy a las 1:17 24 lecturas
UNA TEMPRANA CONFUSIÓN.-
En sus textos Nietzsche nos habla, algunas veces, de la “política”, y otras, de la “Gran Política”, e incluso suele referirse también a la “pequeña política”. Son sus modos de decir de lo que se desprenden, para sus lectores, confusiones y desorientaciones. Confusión comprensible, del momento que el filósofo se ha demostrado despreocupado por fijar los límites entre una categoría y otra, lo que ha derivado a que el tema en sí no haya sido abordado lo suficiente por sus múltiples hermeneutas.

Por cierto, un tema complejo de abordar, puesto que, respecto del mismo, más que ningún otro, Nietzsche pareciera haber querido confundirnos, dejándolos entrampados en medio de una red de pistas falsas. Así y todo, no debemos desesperar pues, armándonos de un poco de paciencia, lograremos descubrir que el problema en sí encuentra su explicación en el hecho que cuando el filósofo piensa la política, no la piensa estrictamente dentro de una perspectiva partidaria o ideológica, sino aprehendiéndola dentro de una visión mucho más amplia, enraizada en lo más profundo del hondón de su ser. Una política que transforma en Gran Política, entendida ésta dentro de un ámbito inconmensurablemente mucho más amplio, y plantea otras exigencias que la de la política moderna al uso, acostumbrada a una visión inmediatista y trivial.

Entonces, para abreviar, convengamos que cuando se refiere a la pequeña política lo hace para referirse a los modos de la política al uso en la moderna sociedad objeto de su crítica. De modo general recordemos, también, que los valores culturales que se encuentran entronizados en la sociedad moderna a Nietzsche le incomodan y no se aviene bien con ellos. Por eso, las formas políticas al uso de su época (liberalismo, socialismo, socialdemocracia, democracia, nacionalismos, etc.), Nietzsche pretenderá también transvalorarlos, al igual que los valores que sustentan a la filosofía. De allí que, si la pequeña política es referencia hecha respecto de los temas que nosotros acostumbramos a entender como políticos, el punto de arranque para la aprehensión de la Gran Política lo encontramos en unos apuntes tempranos (Guerra), en donde leemos lo siguiente: “Anhelo la curación de la política. Tiene que haber círculos, como en su día hubo órdenes monacales, sólo que con un más amplio contenido”...Concluimos entonces que, al igual como lo hace en la filosofía, Nietzsche se esforzará por derivarnos a un pensamiento mucho más elevado, orientado en la perspectiva de transvalorar los valores políticos existentes.

Así, si en la filosofía la transvaloración a la que apunta, es en contra de los valores implantados por la metafísica y la moral, el meollo de la transvaloración política lo abordará a partir de una crítica y cerrada oposición en contra del igualitarismo promovido, fundamentalmente, a partir de los denominados movimientos democráticos modernos. Y en lo que es más importante, el meollo central a lo cual apunta su intento de llevar adelante una transvaloración en las categorías políticas al uso, es restituir la desigualdad, aquella condición que siéndole propia a la naturaleza de cada individuo, la política moderna ha terminado por aplastar, transformándola en uniformidad a ultranza. De esto se explica el uso recurrente, por parte de él, de términos, tales como: "espíritu de rebaño", "masa", "populacho", "moral del esclavo", etc., referencias hechas respecto de las formas gregarias de convivencia promovidas por el igualitarismo democrático en todas sus modalidades políticas al uso (liberalismo, socialismo, socialdemocracia, nacionalismos, etc.)

Ahora bien, si la transvaloración política se orienta a restituirle al hombre su intrínseca desigualdad, también significará restituir al pueblo a sus condiciones naturales, vale decir, despojándolo de su condición de hombre masa, de espíritu de rebaño, formas gregarias que, justamente, le han hecho perder su condición de tal. Para uno y otro caso, el filósofo impone previamente la necesidad de un gran acto de liberación, requisito indispensable para rescatar al hombre y al pueblo de aquel estado borreguil a que lo han conducido las prácticas gregarias propias de la política moderna. Sólo mediante un acto liberador, tanto individuo como comunidad podrán recuperar su voluntad perdida, puesto que sin la recuperación de la voluntad perdida no podrá haber síntesis práctica, y sin síntesis práctica no podrá haber organización, ni conducción, ni tampoco, individuo ni política, requisitos que Nietzsche impone para la existencia de una auténtica comunidad.

Sólo a partir de estos presupuestos es como Nietzsche nos logrará introducir en el tema de la Gran Política que, en lo sustantivo, no se limitará a los estrechos, tranquilizantes y comprensibles marcos de la política burguesa, contingente y tradicional.

A MODO DE ANUNCIO
La Gran Política será un tema que siempre encontraremos encubiertos en los textos de Nietzsche, cuestión nada inusual en él, del momento que muchas de sus ideas suelen perderse en la espesura de un discurso indefinible que oculta su verdadero significado tras máscaras diversas. De allí que, siendo la Gran Política una idea que no alcanza a madurar bien del todo y, mejor aún, la deja lanzada sólo a modo de anuncio, ello quiere decir que ésta se presentará ante nosotros un tanto difusa y, por tal, nos impedirá dar una opinión que no se encuentre más allá de ser una simple hipótesis conjetural.Por eso, si la Gran Política no es la política tradicional, aquella que acostumbramos a tratar como tal, entonces, ¿en qué consiste la Gran Política? Difícil pregunta, y más difícil aún su respuesta, por ese empeño de Nietzsche de querer hablarnos casi siempre en clave, en un lenguaje no siempre claro, un lenguaje más bien difuso. No obstante, a pesar de esta limitación, nos será posible adelantar ciertas intenciones a la luz de lo que nos arroja todo el corpus presente en su pensamiento y obra y, también, a la luz de todo el entorno que rodea el anuncio hecho por el propio filósofo sobre la Gran Política. En lo inmediato, el punto clave para encontrar la posible respuesta a la interrogante que nos preocupa, lo aporta el propio filósofo en el momento que nos entrega un dato que, a su juicio, adquiere una relevancia de suma importancia. La referencia la encontramos cuando anuncia haber hecho un gran descubrimiento; no uno cualquiera, sino el mayor de cuanto jamás antes la humanidad haya podido percibir. ¿Y cuál es este descubrimiento? Tal descubrimiento no es otro que poner al descubierto el verdadero significado que ha tenido para nuestra cultura la “moral cristiana”, la que nos ha impuesto por siglos metafísicamente un mundo falso y del cual después de dos mil años de historia no hemos podido aún salir. Y tan importante es este descubrimiento que nos advierte: “se vive antes de él, y se vive después de él”. Más aún, en lo que parece ser tanto más importante, es que a partir de dicho descubrimiento, se sucede, a la vez, un gran acontecimiento, esto es, que a partir de dicho acontecimiento: “La historia de la humanidad queda partida en dos”: “¿Se me ha entendido –No he dicho aquí ninguna palabra que no hubiese dicho hace ya cinco años atrás por boca de Zaratustra-.

El descubrimiento de la moral cristiana es un descubrimiento que no tiene igual, una verdadera fuerza mayor, un destino –divide en dos partes la historia de la humanidad. Se vive antes de él, se vive después de él. El rayo de la verdad cayó precisamente de lo que más alto se encontraba hasta ahora: quien entiende qué es lo que aquí ha sido aniquilado, examine si todavía le queda algo en las manos (Ecce Homo.8: Por qué soy un destino) Incluso más, en el mismo Ecce Homo afirmará: “Sólo a partir de mí existe en la tierra la Gran Política”. Se infiere, por tanto, que la Gran Política implica no sólo un gran descubrimiento (moral cristiana) sino que, junto con ello, se produce un gran acontecimiento (partir en dos la historia de la humanidad). La producción de un acontecimiento de tal naturaleza, Nietzsche la deja profusamente anunciada también en distintas cartas del mismo periodo (Finales de 1888), en algunas de las cuales leemos:

“Esta vez, como un viejo soldado, despliego mi artillería gruesa. Temo hacer estallar la historia de la humanidad en dos” (Carta a Overbeck, Octubre 1888) “Nosotros acabamos de entrar en la Gran Política, y diría en la más grande… y preparo un acontecimiento que, con toda seguridad va a partir la historia en dos trozos, al punto que será menester el empleo de un nuevo calendario, en el cual 1888 seria el año I” (Borrador de carta a Brandes. Diciembre 1888) “¡Sopese la oportunidad querido Señor! Es un asunto de primer orden. Porque soy lo bastante fuerte como para partir en dos la historia de la humanidad” ( Carta a August Strindberg, Turín, 17, 12, 88)
Ahora bien, para lo que al caso importa, no escapará al ojo del buen observador que las referencias de Ecce Homo, así como en las cartas citadas, vale decir “Partir la historia de la humanidad en dos”, son anuncios hecho en el año previo en que se manifiesta el apagamiento de su lucidez (1888). Y esto es tan así, que a los pocos meses (03.01.89)), su desequilibrio mental se desata cayendo abatido en la plaza Carlos Alberto de Turín abrazado al pescuezo de un caballo. Refrendan su estado de delirio notas y cartas ininteligibles del mismo periodo enviadas a sus amigos, firmando como El Crucificado, Nietzsche César, y otras rutilantes extravagancias.De lo dicho podríamos pensar que sus anuncios corresponderían a excentricidades a que suelen recurrir algunos intelectuales de renombre, pero dichas ahora en la antesala de su estado de locura y, por tal, no habría que tomarlas muy en serio. A decir verdad, esto último ha sido uno de los argumentos más recurridos por sus críticos para entrar a descalificar no sólo sus notas de finales de 1888, sino también sus últimas obras escritas en dicho año. Concluyen que lo dicho en tal periodo es resultado de su estado de paranoia, queriendo así juzgar su pensamiento filosófico ala luz de los diagnósticos médicos. Sin embargo, un mirar tan reduccionista impide ver en sus textos de dicho periodo, la más alta expresión de su inteligencia y la más cabal exposición de su sistema abierto a interminables perspectivas.Y aunque a los críticos miopes pudiéramos concederles ciertos grados de razón, en lo que respecta al fundamento con que tratan de invalidar sus últimos juicios, dicho argumento queda invalidado ante el examen objetivo del contenido que nos entrega la fulgurante prosa que encontramos en sus textos de dicho periodo.
En efecto, más que creaciones, podríamos decir que nos encontramos ante intuiciones e inspiraciones escritas sólo en días, semanas o unos pocos meses. Nadie mejor que Stefan Zweig para describir el valor y lo prolífico de su creación en tan corto periodo. “Tal vez nunca en un intervalo de tiempo tan corto un solo genio haya pensado tanto, en forma tan intensiva, continuadora, hiperbólica y radical. Nunca un cerebro terrestre se ha visto igualmente invadido por las imágenes e inundado de música. La historia intelectual de todos los tiempos en su inmensidad, no ofrece ningún otro ejemplo, de tal abundancia, de tal éxtasis de efusiones embriagadoras, de tal furor fanático de creación” (La lucha con el demonio) Ahora bien, a lo que al caso importa, el argumento que sirve de invalidación a sus últimas notas va a perder pie, en el momento que descubrimos otra carta de fecha muy anterior, en la cual ya se encuentra el germen de su idea consignada en tales notas: “…¡Cielos! ¡Quién sabe lo que hay encima de mí y qué fuerza necesitaría para soportarme! No sabría decir cómo llegué precisamente a eso –pero es posible que por primera vez me haya sobrevenido el pensamiento que divida en dos la historia de la humanidad Zaratustra no es más que el prólogo, el preámbulo, el vestíbulo –tuve que darme ánimo a mí mismo, ya que de todas partes recibía desaliento: ¡darme ánimo para cargar con ese pensamiento! Porque todavía estoy lejos de poder pronunciarlo y representarlo. Si es verdadero, o más bien si es considerado verdadero, entonces todas las cosas se modificarán y darán vueltas, y todos los valores que prevalecieron hasta ahora se desvalorizarán” (Carta a Overbeck. Niza, principios de Marzo de 1884)
Esta carta resulta de suma importancia para dilucidar el punto que ha derivado a tanta errada interpretación. En efecto, en ella observamos los mismos conceptos que hemos extraído de “Ecce Homo” y sus cartas de 1888, por lo que podemos concluir, sin lugar a equívocos, que si bien los temas relacionados con la Gran Política y, fundamentalmente, con ello, partir la historia de la humanidad en dos, aparecen como anuncios tardíos, lo cierto es que la idea misma se encuentra ya presente en él, a lo menos, desde el año 1884, periodo de plena lucidez y de plena producción literaria.Despejada esta duda recién podemos entrar a definir y diferenciar lo que Nietzsche entiende por política y Gran Política ¿Y cuál es la diferencia? Problemas políticos cuando son valores que hay que invertir y, por tanto, objeto de aguda crítica; Gran Política, referencia hecha respecto de aquellos valores nuevos que hay que crear.
LA REVOLUCIÓN
No es un dato menor cuando Nietzsche afirma que la historia de la humanidad ha quedado partida en dos; al contrario, es de la mayor importancia, del momento que dicho anuncio se encuentra referido a que, con tal descubrimiento, queda abierta la posibilidad de un nuevo proceso transformador, pero no de cualquier tipo, ni al modo usual, sino de una transformación que la humanidad jamás nunca antes había logrado conocer; Gran Política como proceso que se propone revolucionar a la humanidad, a un nivel mucho más radical que aquel de los cálculos de la política tradicional. En efecto, sólo la Gran Política será un verdadero acto revolucionario, pues los intentos anteriores que le han precedido, salvo el de la instauración de la moral cristiana, en la cultura occidental, nunca han logrado así hacerlo. Claro que, en este punto, hay que distinguir que los procesos revolucionarios no sólo se dan en el sentido positivo, sino también en el sentido negativo como lo fue, para Nietzsche, el proceso intelectual y cultural que dio origen a la imposición de la moral cristiana en todas las actividades humanas que se dan en la cultura occidental. Cualquiera sea el juicio que se tenga sobre el valor que se le asigne a la moral cristiana, ya sea a favor o en contra de ella, Nietzsche le asigna una capital importancia hasta el punto de afirmar que dicho hecho o acontecimiento significó ni nada menos que “partir la humanidad en dos”. Y justamente, ese carácter (partir la humanidad en dos), es lo que justifica asignarle el carácter de un acontecimiento verdaderamente revolucionario. Cualquier intento que pretenda ser revolucionario pero que no sea capaz de partir a la humanidad en dos, Nietzsche le niega tal carácter. En efecto, Nietzsche denuncia que la Revolución Francesa, y todos los intentos revolucionarios afines que le precedieron, no han hecho otra cosa que mantener vivas las formas gregarias de convivencia en la comunidad, hecho político que ha logrado imponer el igualitarismo, en desmedro de las singularidades que le son propias a cada cual. Más aún, tanto la revolución Francesa como los intentos revolucionarios anteriores , y agregaría yo, también los posteriores- no han logrado partir la humanidad en dos, toda vez que han mantenido la moral cristiana en todas sus modalidades. Entonces, si partir la historia de la humanidad en dos es el hecho revolucionario por excelencia, el que conduce a la materialización del proceso de la Gran Política, ¿cuál es el objetivo mismo hacia lo que apunta este proceso? Aún a título de redundar es importante subrayar, una y otra vez, que la transvaloración de los valores culturales al uso, es el fin último perseguido por la Gran Política. De allí que un proceso transformador que no se proponga transvalorar los valores políticos existentes, nunca podrá llegar a ser un verdadero proceso revolucionario. Es posible advertir en este punto, que la Gran Política expresa la estrecha relación que suele existir entre filosofía y política, porque siendo la transvaloración la cristalización del pensamiento filosófico de Nietzsche, no se puede soslayar que esta transvaloración deriva también a un fin político, como objetivo mismo y parte integrante del proceso que conducirá a la Gran Política.Sin embargo, advierte Nietzsche, la Gran política será un largo proceso de adiestramiento y, más aún, un largo y penoso experimento que habrá que desarrollar. Ello, porque para que la Gran Política pueda hacerse efectiva, los sujetos que la han de materializar, tendrán que luchar contra las instituciones destinadas a perpetuar y consolidar la anulación de las diferencias, contra la homogenización de lo jerárquicamente diverso, contra el arraigo de la costumbre metafísica en los modos de pensar, etc.
En fin, Gran Política, también, aquella predicada por Zaratustra al oponerse “al más frío de los monstruos fríos”, referencia esta última hecha en relación al Estado.Por último. Uno de los factores para que los contenidos involucrados en el proceso de la Gran Política puedan ser cumplidos, será el transformar radicalmente los presupuestos que sirven de sostenimiento a la educación. Esto será importante en la medida que, hasta ahora, educar ha significado siempre domesticar. Por lo mismo para que el proceso de la Gran Política no desvirtúe sus posibilidades emancipadoras, sólo un adecuado proceso educativo podrá dar plena garantía de asegurar la continuidad del nuevo orden en un contexto ya transvalorizado.
ADIESTRAMIENTO
Identificado el acontecimiento que define a la Gran Política y los fines que persigue, ¿quiénes van a ser los ejecutores del proyecto transformador por venir? Pregunta obvia, más aún, si se trata del mayor proceso transformador jamás antes realizado.En este punto Nietzsche se separa radicalmente de los procesos revolucionarios hasta entonces conocidos, en cuanto todos ellos han terminado en el más estrepitoso de los fracasos. En efecto, después de reflexionar sobre el legado dejado por la experiencia histórica de los movimientos con pretensiones revolucionarias, Nietzsche concluye que el factor principal de tale fracasos, tiene su principal causa en el hecho de que los sujetos que tuvieron por misión conducir dichos procesos, no se encontraban lo suficientemente preparados para llevarlos a buen término. La historia revolucionaria que se ha sucedido a través de la humanidad nos da claros ejemplos de ello: los esclavos de la revolución espartaquiana, los campesinos de las revueltas campesinas de los siglos XVI y XVII, los burgueses de la Revolución Francesa y los proletarios de la Comuna de Paris. Más contemporáneamente, y por extensión, tendríamos que deducir lo mismo respecto de la Revolución Bolchevique y la Revolución cubana.
De tales fallidas experiencias, Nietzsche concluirá que, para llevar a efecto el proceso de la Gran Político, vano será recurrir a los sujetos que se tienen a la mano en la comunidad, en tanto estos no se encuentran lo suficientemente preparados para acometer tan trascendental objetivo. Por lo mismo, si no existen, hay que prepararlos, mejor aun, adiestrarlos. Adiestramiento que, para no confundirlo con la domesticación propia del gregarismo de los movimientos democráticos, prefiere remitirlo a un adiestramiento experimental. Experimental, en cuanto proceso que se encamina a la creación artística de un tipo de hombre nuevo que sea propiamente más que un hombre, considerado desde el punto de vista de su autonomía e independencia, respecto de una formación cultural milenaria que se hace necesario dejar atrás. Es decir, una experimentación propia de todo autentico creador, porque como bien lo señala Pierre Klossowski: «Todo creador es, al mismo tiempo el que tienta a los demás y el que experimenta consigo mismo y con los demás, algo para crear lo que todavía no existe: un conjunto de fuerzas capaces de ejercer una acción y modificar lo que existe»... Rubricara este mismo autor: «Cualquier creación novedosa debe provocar un estado de inseguridad: la creación deja de ser un juego al margen de la realidad; en lo sucesivo, el creador no re-produce sino que el mismo produce lo real» ( "El circulo vicioso ").Según Nietzsche, «la mediocridad creciente del ser humano es precisamente la fuerza que nos impulsa a pensar en el adiestramiento de una raza mas fuerte: la que justamente encontrará su excedente en todo lo que la especie mediocre fuese mas débil (voluntad, responsabilidad, seguridad de sí, capacidad para fijarse metas)». Mas aun, si el sentido de toda creación es romper con los hábitos gregarios que dirigen nuestras existencias, hacia fines exclusivamente útiles al régimen opresivo de la mediocridad, en el campo experimental, crear será ejercer la violencia contra todo lo que existe.
Así, por tanto, de las experiencias hasta ahora conocidas; todas fallidas, Nietzsche se encuentra convencido de que la propuesta tiene que ser así, porque, hasta entonces, el hombre había sido cultivado exclusivamente con fines gregarios, sin mas objetivo que la conservación y reproducción indefinida de su propia especie. Pero, con tal único fin, el hombre solo ha logrado acrecentar su debilitamiento, en cuanto cada vez más ha ido perdiendo aquello que le es intrínseco, vale decir, su autonomía y su propia libertad. Esto quiere decir que el hombre, sobre todo el moderno, ha sido fácil presa del asfixiante gregarismo vigente, promovido en sus inicios por el cristianismo y, mas contemporáneamente, por los llamados movimientos democráticos modernos.Por ello es que Nietzsche deja claramente establecido los propósitos de un adiestramiento experimental, para cuyo case nos podemos referir al aforismo siguiente: «No hay peor confusión qua la qua confunde el adiestramiento y la domesticación... Tal como yo lo entiendo, el adiestramiento es un medio enorme de acumulación de fuerzas de la humanidad. de tal suerte que las generaciones ulteriores puedan proseguir sobre la base del trabajo de las precedentes y crecer a partir de éstas, no solamente de forma exterior, sino interior, orgánica, en lo quo tienen de mas fuerte... Hay un peligro de los más graves en creer que la humanidad ha de continuar creciendo y modificándose en tanto que totalidad, mientras los individuos se apoltronan, se igualan, no superan la media, se hacen mediocres... La humanidad es una abstracción: la meta del adiestramiento, en el caso más particular, no podría ser otra que el hombre más fuerte (el no adiestrado es débil, derrochador, inconstante)» (VP).
Para sus objetivos transformadores, Nietzsche necesitará apelar a los individuos menos contaminados por el asfixiante gregarismo vigente, por cuanto los sujetos para el proceso de la Gran Política tendrán que ser espíritus autónomos y fuertes, mas sobre todo, cuando tendrán quo soportar toda clase de experimentos y sortear todas las desventuras quo tendrán que enfrentar. Lo dicho porque, en un primer momento, tendrán quo alejarse de la comunidad, quedarse solos, a la intemperie, habitando casas provisorias y haciendo del desierto su nuevo hogar. Ciertamente, bajo los presupuestos exigidos por Nietzsche, para llevar a buen termino el proceso de la Gran Política, tiene razón al afirmar que ninguno de los sujetos que se encuentran a la mano podrían servir, del momento que todos ellos se encuentran impregnados por los valores culturales asumidos desde temprana edad (religión, moral, ética, verdad, educación, etc.).
En este punto podemos advertir quo los sujetos adiestrados experimentalmente serán también los “filósofos del porvenir”, en cuanto creadores por antonomasia. Coincidencia dada por el hecho de que estos, en su afán creador siempre experimental tendrán, por una parte, un pensamiento liberado del afán productivo y, en lo que más importa, por otra, liberado de las influencias de todos los sistemas cerrados:“Los filósofos del porvenir (…) tendrán pleno derecho a ser llamados críticos y serán seguramente hombres consagrados a la experimentación. Por el nombre con que me he atrevido a bautizarlos (escépticos) ya he subrayado claramente la tentativa; esto proviene de que, críticos de cuerpo y alma, se complacen en servirse de la experimentación en un sentido nuevo, quizá más extenso, más peligroso" (MBM) Dice Pierre Klossowski que el riesgo a que se enfrenta toda vida decidida a experimentarse como tal, es el riesgo de la muerte. Esto quiere decir que el adiestramiento experimental sólo podrá ser efectivo en la medida que afronte riesgos y los pueda salvar. De acuerdo a esto, Nietzsche se está refiriendo a una experimentación en el más alto sentido del término, en cuanto no destinada a la búsqueda de nuevas vías para llegar a lo ideal. Al contrario, experimentación en un sentido nuevo, como apertura, como respuesta y entrega al libre acaecer del azar. Experimentación que se realiza no dentro de un saber de antemano conocido, sino como experiencia que no se encuentra segura si el camino por recorrer tendrá necesariamente que fructificar lo que, de no ser así, obligará a recomenzar todo, con todas las variables posibles que permite todo nuevo acto creador.
SUJETOS DE LA GRAN POLÍTICA
Si el adiestramiento que propone Nietzsche tiene que ser experimental, ello implica un largo proceso en el cual no habrá sólo un sujeto que la tenga que realizar. Mejor aún, para el caso, el mismo sujeto, pero transfigurado, en cuanto irá experimentando en su persona sucesivas transformaciones producto de una lenta pero sostenida evolución, justamente, como consecuencia del adiestramiento experimental a que se encontrará sometido.La transfiguración que irá experimentando este sujeto lo será en un sentido claramente positivo, adquiriendo cada vez una formación cada vez más elevada, que lo irá dejando cada vez más en inmejorables condiciones para su nueva tarea creadora, En esta evolución distinguiremos tres estados, a saber: espíritu libre, filósofo artista y el Superhombre, respectivamente. Espíritu libre “… Cuando no encontraba lo que necesitaba, he tenido que procurármelo artificialmente, ya sea falsificando o inventando…Por eso cuando un día lo necesité, inventé, para mi uso particular la expresión “ espíritus libres”, a quienes dedico este libro, fruto a la vez del desaliento y del entusiasmo… Espíritus libres así no los hay ni los ha habido nunca: pero yo precisaba entonces de su compañía para estar de buen humor entre malos humores, como compañeros atrevidos y fantásticos, con los que se bromea, se ríe y se les manda a paseo cuando se ponen pesados, en sustitución de los amigos que me faltaban. Yo seré el último en dudar que un día pueda haber espíritus libres de esta clase, que nuestra Europa cuente entre sus hijos de mañana y de pasado mañana con semejantes compañeros alegres y atrevidos, corporales y tangibles, y no, como en mi caso, a título de espectros y de sombras que vienen a entretener a un anacoreta. Ya les veo llegar lenta, muy lentamente…” (Prefacio E.H)Siendo éste un anuncio…¿Qué o quién es el espíritu libre? Para Nietzsche el espíritu libre se diferenciará en que pensará de modo diferente a los demás, una vez que se haya alejado de la comunidad que habitaba. Su misión será la de preparar las condiciones primeras para efectuar la primera transfiguración del sujeto, aquel que empezará a dar los primeros pasos para hacer posible el proceso de la Gran Política. Espíritus libres, en cuanto poseerán voluntades innovadoras a través de las cuales, mediante una acción lenta pero eficaz, irán poniendo a prueba la solidez del edificio social. En lo principal serán los agente generadores del cambio por venir, desconfiando de todo aquello de lo que el hombre hasta ahora se había fiado; recelarán de todo aquello que le comunidad le había comunicado y educado; con su mirada penetrante será capaz de penetrar en los trasfondos más vitales de todos los ideales hasta entonces instituidos. Según Eugenio Fink, el espíritu libre es ”más bien la metamorfosis del santo, del artista y del sabio. Pues, estos tres son, ciertamente, el hombre en el modo de ser de la grandeza pero auto alienado (…). El espíritu libre es la conciencia de sí, del santo, del artista y del filósofo metafísico; el rescate de aquellas figuras alienadas, su re-conversión”Ciertamente, el espíritu libre, para ser tal, tendrá que tomar distanciamiento de lo social, porque sólo en la soledad podrá descubrirse a sí mismo para poder tomar conciencia de sus posibilidades y de su poder. En las nuevas condiciones podrá encontrarse en situación de crear, de arrancar las verdades desnudas a una naturaleza que fluye inocentemente, ajena a todas las invenciones y artificialidades hasta entonces creadas (moral, causa, verdad, etc.). De este modo, ser libre será contradictorio con un plegarse a valores presuntamente trascendentes, puesto que sólo en su condición libre y autónomo podrá verse como un auténtico creador y dictador de valores; más aún, como un individuo capaz de invertir los valores existentes, aquellos valores que los demás veneran.
En definitiva, el espíritu libre representa la liberación del hombre para alcanzar la soberanía de sí, la toma de posición de sí mismo. Liberación realizada mediante un proceso de profunda reflexión, sobre el hecho de que la cosa en sí, la trascendencia de lo bueno, lo bello y lo santo –según el mismo Fink- , “no es más que una trascendencia aparente, una trascendencia proyectada por el hombre, pero olvidada como tal”. Estos nuevos espíritus, si bien son sencillos y desprecian todos los honores, no por ello dejarán de tener conciencia de que se encuentran por encima del hombre común, ya que son capaces de descubrir todos los disfraces con los que se cubren. Y, sobre todo, los invadirá una sed de conocimientos, pero no tanto por la objetividad y utilidad que reportan, sino por las actitudes y hábitos que generan en quienes se dedican a ello. Un espíritu libre que se convierta en apátrida, viajero pertinaz que no se refugia en ningún albergue y, por tal, necesita ser nómade; un alejarse cada vez más de la comunidad.
Filósofo artista
Nietzsche marca la diferencia entre espíritu libre y filósofo artista del siguiente modo:“ Después de todo esto, ¿he de decir expresamente que esos filósofos del futuro serán también espíritus muy libres, tan seguro como que no serán espíritus libres simplemente, sino algo más elevado, mayor y radicalmente más distinto, que no quiere que se le interprete ni se le confunda” (44, MB).
Efectivamente, al referirse al filósofo artista, tiene cuidado en advertir que no se le confunda con el espíritu libre. Ello, porque siendo el filósofo artista también un espíritu libre, se diferencia de este último en que él, además, es el creador de los nuevos valores en sentido estricto. Es en “Humano demasiado humano”, que Nietzsche ve aparecer en el horizonte una nueva especie de filósofo. Estos son los filósofos del futuro, los filósofos artistas, verdaderos creadores, Y, si bien, como todos los filósofos amarán también su verdad, lo que no harán respecto de sus verdades será ser dogmáticos como los anteriores filósofos. Dirán, por tanto, “mi juicio es mío: difícilmente habrá otro que tenga derecho a él” (43, MBM).
Este filósofo artista, para haber llegado a estado tal, ha tenido que pasar por todos los estados anteriores. Es en este sentido que Nietzsche lo representará en los siguientes términos: “Ha tenido el mismo que ser crítico y escéptico, dogmático e historiador, además de poeta, compilador, viajero, descifrador de enigmas, moralista, vidente, espíritu libre; en suma, casi todo, para recorrer así el círculo completo de los valores y las estimaciones valorativas del hombre y poder mirar con múltiples ojos y conciencias, desde lo alto hacia todo lo lejano, desde lo profundo hacia todo lo alto, desde lo angosto hacia todo lo amplio”. (211, MBM) “Sin duda alguna: nadie menos que esos filósofos del futuro pueden prescindir de las características serias y no exentas de peligro que distinguen al crítico del escéptico. Me refiero a la seguridad en los criterios de valor, Al uso constante de un único método, a la valentía vigilante, a la soledad y al sentido de la responsabilidad”. (210, MBM)
El Superhombre
Muchas veces suele prestarse a confusión la idea que se tiene del espíritu libre, el filósofo artista y la del Superhombre, en cuanto a que serían la misma cosa o algo muy parecido. Sin embargo, es sólo el Superhombre el que posee todos los estados a la vez, además de conquistar su plena autonomía y conseguir su auto liberación (espíritu libre), y llegar a ser creador de nuevos valores (filósofo artista), él es el único que llegará a ser el sentido de la tierra.En efecto, el espíritu libre, siendo una constante interrogación, alcanzará a preguntarse… “¿No cabría invertir todos los valores?” Pero eso sólo queda en estado de pregunta, hasta mientras tanto no surjan los filósofos artistas, los que deberán ser los materializadores de todos los auténticos actos de creación. Sólo después de éstos vendrá el Superhombre, como sentido de la tierra, es decir, ya no aquel que justifica su existencia mirando hacia el cielo y las estrellas, ni más allá de este mundo, sino el que se manifiesta con sus vivencias, con sus sentidos, con su cuerpo; en fin, Superhombre como “ser viviente y no un mero aparato de abstracción”. Superhombre que surgirá por sobre las ruinas del hombre viejo y decadente, esto es, manifestándose en una conducta creadora y espontánea, frente al comportamiento reactivo e impotente del hombre débil. Superhombre, en fin, como aquel que permanecerá fiel a la tierra, haciendo realidad aquella súplica invocada por Zaratustra.“¡Hermanos míos, permaneced fieles a la tierra, con toda la fuerza de vuestro amor! Que vuestro pródigo amor y vuestro conocimiento concuerden con el sentido de la tierra. Yo os lo suplico y os conjuro a ello”“¡No dejéis a vuestra virtud volar lejos de las cosas terrestres y aletear contra muros externos! ¡Ay, hubo siempre tanta virtud extraviada!“¡Como yo, traed de nuevo hacia la Tierra a la virtud extraviada; sí, hacia la carne y hacia la vida, a fin de que dé su sentido a la tierra, un sentido humano!”Siendo el Superhombre de Nietzsche el que volverá a encontrarse con las raíces de la tierra, lugar desde donde todo proviene, se podrá entender su temprana comunión con el poeta Holderlin. Recordemos el juicio de este último en el cual queda en evidencia esta clara comunión:“Y abiertamente consagré mi corazón a la tierra grave y doliente, y con frecuencia, en la noche sagrada, le prometí que la amaría fielmente hasta la muerte, sin temor, con su pesada carga de fatalidad, y que no despreciaría ninguno de sus enigmas. Así me ligué a ella con un lazo mortal” (“La muerte de Empédocles”)
Y más allá de la fidelidad del Superhombre con la tierra, éste surgirá también como producto de un contra-movimiento en contra de “un consumo cada vez más económico del ser humano y de la humanidad, ante una maquinaria de intereses y producciones cada vez más estrechamente embrollados”. En oposición a la disminución y adaptación de los seres humanos a una determinada especialidad tanto económica como científica, será necesario “un movimiento inverso, la creación del ser humano que sintetice, totalice y justifique, aquel para quien esa mecanización de la humanidad constituya la condición previa a su existencia como agente sobre el que pueda inventar su forma superior de ser”.Más aún, el gran lema del Superhombre no será el tú debes de Kant y los cristianos o el tú debes que dicta la Razón de la Ilustración, ni tampoco el yo quiero o el yo soy de los dioses griegos. Muy por el contrario, no estará supeditado a deberes de esa naturaleza, puesto que representará el último escalón del hombre, ya que a partir de él no habrá más metas, sino pura aceptación. Como bien lo señala Klossowski, el Superhombre no es un individuo, sino un estado, ya que cierto es que: “Nunca ha existido todavía el Superhombre. He visto desnudo a los dos, al hombre más grande y al hombre más pequeño: se parecen demasiado todavía” (Z).Superhombre, en fin, como aquel que dominará la tierra, pero no un dominio al estilo del control gubernamental en el sentido estatista habitual a que hemos estado sometidos por siglos. No se trata nada de eso, se trata de producir “una raza de señores cuya tarea no se agotase en gobernar, sino una raza que tuviese su propia esfera de vida, un excedente de fuerza para la belleza, el coraje, la cultura, refinamientos hasta en lo que hay de más espiritual…”Entonces, el Superhombre, importante es enfatizarlo, representa el estado final del sujeto de la Gran Política, su último estado de cristalización. Superhombre entendido como aspiración, como proyecto, pero no en el habitual sentido de postergación de la vida presente por amor hacia una vida futura, sino como auténtica creación de un valor nuevo y mucho más alto que todos los anteriormente creados. Un ser que sabemos que todavía no existe, pero que indica la meta de su existencia, la expresión final de un pensamiento filosófico que sólo arribará a su materialización mediante la acción de la Gran Política

Hernán Montecinos en Kaos en la Red