26 diciembre, 2011

26 de Diciembre del 2011, 10:05 AM
Los libros de 2011
MADRID, 26 dic (EFE).- Enamoramientos, sagas familiares, críticas irónicas a la sociedad y al arte contemporáneo, violencia y narcotráfico, madres prostitutas, mundos imaginarios o la belleza y dureza nórdica forman parte de las historias de los mejores libros que ha dado el 2011.
Esto son diez de los libros más destacados publicados en 2011:
-"Libertad", de Jonathan Franzen. Considerada la gran novela norteamericana del siglo XXI, y a la que la revista "Time" dedicó su portada, es una grandísima narración, de casi mil paginas, en la que este mago de la ficción reconstruye la memoria de toda una generación, plena en contradicciones, que luchó sufrió las secuelas de la guerra del Vietnam, la invasión de Irak, y los atentados del 11 de septiembre.

-"El mapa y el territorio", de Michel Houellebecq. Novela con la que el polémico y rebelde escritor francés ganó el premio Goncourt y libro que ha obtenido las mejores críticas y ventas de este año. La narración es un látigo contra muchos de los mitos de la sociedad contemporánea, como el arte y las nuevas tecnologías e introduce un elemento muy innovador que es la creación de un personaje que es el propio escritor, Michel Houellebecq.
- "1Q84", de Haruki Murakami. Es una de las obras más ambiciosas del autor japonés y uno de los libros del año que ha llegado a España en dos volúmenes, en los que la escritura poética del autor vuelve sobre las atmósferas oníricas, tramas en la frontera de la realidad y el sueño y personajes aislados, en este caso situados en el Japón de 1984.

-"Los enamoramientos", de Javier Marías. Uno de los principales libros de este año. En esta novela, que va a ser traducida a veinte lenguas, el escritor explora el lado oscuro de ese estado "tan deseable" que suele ser el enamoramiento, pero que también puede llevar a cometer los actos más atroces.
- "El ruido de las cosas al caer", de Juan Gabriel Vásquez, galardonada con el Premio Alfaguara 2011. En esta novela el escritor colombiano, que creció en Bogotá en medio de la violencia del narcotráfico, los toques de queda y los asesinatos de políticos, reflexiona sobre el miedo y sobre la ansiedad que se siente al vivir en una sociedad vulnerable y amenazada.
- "El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia", de Patricio Pron. El escritor argentino da el salto a la escena literaria internacional con esta novela, que ha sido contratada por ocho países, entre ellos Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña. En el libro, el más personal, Pron se remonta a la dictadura argentina (1976-1983) para rescatar episodios dolorosos del pasado de sus padres.
- "Hammerstein o el tesón", de Hans Magnus Enzensberger. El escritor alemán, uno de los intelectuales europeos más influyentes, reflexiona en este libro, a caballo entre la novela y la biografía, sobre el nazismo, y lo hace a través de la figura del barón Kurt von Hammerstein, jefe del Alto Mando del Ejército alemán en el momento de la ascensión de Hitler al poder, encumbramiento al que se opuso en todo momento.
- "El cielo a medio hacer", de Tomas Tranströmer. El poeta vivo más importante de Suecia recibió este año el premio Nobel de la Literatura, un galardón que ha redescubierto a uno de los poetas más emocionantes e intensos de hoy. En este libro, que es una antología de su poesía, muestra la naturaleza apasionante y dura, a partes iguales, del norte de Europa y la complejidad del ser humano con sus sueños.

- "Purga", de Sofi Oksanen. Llegó a España este año cargada de expectación, puesto que fue la novela más elogiada de la Feria de Fráncfort de 2010. El libro narra las huellas que dejaron en Estonia los nazis y luego los comunistas soviéticos. Todo ello en medio de un thriller con la mafia de la explotación sexual por medio.
- "Cuentos completos", de Guy de Maupassant. La publicación, por primera vez en España, de los "Cuentos completos" del francés Guy de Maupassant, traducidos y editados por Mauro Armiño, constituye una excelente ocasión para adentrarse en el universo narrativo de quien reflejó con maestría en sus relatos la sociedad de su época, desde los estratos más humildes hasta los salones de la alta sociedad. EFE

Carmen Mendoza.

01 diciembre, 2011

POETA CHILENO NICANOR PARRA GANÓ PREMIO CERVANTES 2011....


Poeta chileno Nicanor Parra ganó Premio Cervantes 2011
EFE EFE
El autor de ´Antipoemas´ se llevó el galardón más importante de las letras hispanas que concede el Ministerio de Cultura español.
El poeta chileno Nicanor Parra ganó hoy el Premio Cervantes 2011, considerado el galardón más importante de las letras hispanas y que concede el Ministerio de Cultura español al conjunto de la obra de un autor.

El fallo de este premio, que está dotado con 125.000 euros (168.000 dólares), fue hecho público por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en una rueda de prensa en la que explicó que la decisión del jurado se produjo por mayoría tras ocho votaciones.

Nicanor Parra (San Fabián de Alico, Chile, 1914) es poeta y académico, además de matemático y físico, y está considerado uno de los grandes "antisistema" del universo poético.

En su obra figuran títulos como "Cancionero sin nombre" (1937), "Poemas y antipoemas" (1954), "La cuesta larga" (1958), "Versos de salón" (1962), "La camisa de fuerza" (1968), "Obra gruesa" (1969), "Antipoemas" (1972), "Artefactos" (1972), "Sermones y prédicas del Cristo de Elqui" (1977), "Coplas de Navidad" (1983), "Poesía política" (1983), "Hojas de Parra" (1985), "Páginas en blanco" (2001), "Discursos de sobremesa" (2006) y "Obras completas I & algo +" (2006).

Además, ha sido reconocido con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001) y otros galardones como el Premio Municipal de Santiago (1937 y 1954), el Premio del Sindicato de Escritores de Chile (1954), el Nacional de Literatura de Chile (1969), el Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1991).

27 noviembre, 2011

LA CASA DE DOSTOIEVSKI....

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA


PIEDRA DE TOQUE. Aunque nació en Moscú, San Petersburgo es la ciudad que más le marcó como escritor. Y aún hoy, los barrios y casas están impregnados de sus historias y personajes, mezcla de drama y espiritualidad

MARIO VARGAS LLOSA 27/06/2010
Fíodor Dostoievski vivió en muchas casas y lugares -nunca más de tres años en una misma vivienda- y tuvo siempre la obsesión de que sus pisos estuvieran en una esquina, con ventanas a las dos calles y cerca de una iglesia de modo que pudiera oír las campanas, música que sosegaba su espíritu. La última casa en que vivió, y donde murió en 1881 meses antes de cumplir los 60 años, entre la Perspectiva Kuznechny y la antigua calle Yamskaya, ahora llamada Dostoievski, cumple con todos estos requisitos y, mientras el visitante la recorre, puede oír doblar a las campanas de la vecina iglesia ortodoxa de Vladímir, convocando a los fieles.

La zona del "barrio de los mercados" está ahora llena de chechenos y otros forasteros pobres

Esta zona de San Petersburgo, conocida como el "barrio de los mercados", está ahora llena de chechenos y otros forasteros pobres y, por esa razón, se la considera riesgosa para los turistas. Cuando yo visité esta casa por primera vez, hace 40 años, el lugar era más bien triste y solitario, muy distinto de lo que es ahora, bullicioso, popular, promiscuo, muy vital. No existía aún el Museo donde se han reconstruido los seis cuartos a los que Fíodor Dostoievski y Anna Grigorievna, con sus hijos Liubov y Fíodor, se mudaron en octubre de 1878 huyendo del apartamento donde había muerto el pequeño Alexei, una de las tragedias que más hizo sufrir al atormentado autor de Los demonios.
Es una casa modesta, aunque menos ascética que las anteriores, e incluso hasta con algunos lujos, como el juego de tazas de té de porcelana que luce una de las alacenas y el confortable inglés del escritorio donde Dostoievski podía echarse a descansar un rato en medio de las interminables y afiebradas sesiones nocturnas en que escribía, en estado de trance casi siempre, Los hermanos Karamazov, una de sus obras maestras. Alcanzó a verla publicada exactamente un mes antes de morir. Estaba ya muy enfermo. La casa se halla en el segundo piso y, cada vez que subía, el ilustre inquilino tenía que pararse un rato, en el descanso de la escalera, para recuperar el aliento. El médico le había prohibido fumar, pero él sólo respetaba la prohibición durante el día; en la noche fumaba sin descanso mientras escribía y ahí está todavía, sobre su mesa de trabajo, la cajita de cigarrillos que liaba con sus manos nerviosas mientras iba releyendo las cuartillas recién escritas.

A fines de enero de 1881 tuvo la primera hemorragia de garganta. Pidió a su mujer que le leyera uno de sus pasajes preferidos en el ejemplar de la Biblia que llevaba siempre consigo desde que se lo regalaron las mujeres de los "decembristas", 31 años atrás, en la estación de Tobolsk, cuando pasó por allí, como convicto, rumbo a su exilio de cuatro años en Siberia. Anna era su segunda esposa, 25 años menor que él. Llevaban 11 años de casados y ella, con su energía, devoción y talento, había puesto algo de orden en la vida siempre atolondrada y al borde de la catástrofe de Fíodor. Gracias a esa mujer joven y luchadora, sus finanzas andaban mejor, ella ganaba algo de dinero distribuyendo libros y él ya no tenía que inmolarse escribiendo como un forzado. Se había quitado el vicio del juego que le causó tantos infortunios. Poco después de ese primer desfallecimiento, le sobrevinieron otras dos hemorragias. La segunda puso fin a su vida. Su propia viuda o alguna visita atinó a detener el reloj del escritorio en el mismo instante de su muerte: las 8.38 de la noche. Ahí está todavía ese reloj, 130 años después, marcando la hora siniestra.
Lo enterraron en el cementerio Tikhvinskoe, del monasterio de Alexander Nevsky, en las afueras de San Petersburgo. Es un hermoso lugar, y la tumba de Dostoievski, rodeada de árboles y de flores, con una hermosa estatua que refleja fielmente sus rasgos adustos y su mirada profunda y afiebrada, colinda con las de otros exponentes del genio creativo ruso: Rimski Kórsakov, Alexander Borodin, Modest Mussorgski, Ilich Tchaikovski, Glimka. La mañana que pasé a ver la tumba llovía y algunos visitantes reverentes depositaban en ella manojos de flores. Yo le llevé media docena de rosas rojas.

Aunque Dostoievski no nació en San Petersburgo, sino en Moscú, esta ciudad es la que más lo marcó. Aquí se formó como escritor y en ella se hizo conocido, luego famoso, y fue aquí donde, luego de los 10 años del silencio literario que padeció por haber pertenecido al círculo revolucionario de los "decembristas", debió reinventarse como escritor. En San Petersburgo fue donde más tiempo vivió. De otro lado, no hay ciudad que parezca más impregnada de sus historias, personajes y la mezcla de truculencia, drama, espiritualidad, desgarro intelectual y misterio de su obra que ésta, sobre todo cuando uno camina por las destartaladas callecitas del barrio de Sennaya, a orillas del Canal de Griboedova, donde ocurren los principales episodios de Crimen y castigo, novela que Dostoievski terminó de escribir no muy lejos de aquí, en una casa de la calle Kaznacheiskaya de este barrio, que también puede visitarse.

Es la más "realista" de sus historias, al menos en el sentido de que los lugares que ella describe están casi todos identificados y algunos de ellos con placas que lo recuerdan. La casa donde Raskólnikov asesina a la anciana Alíona Ivánovna, en el número 104 del Canal de Griboedova, se conserva tal cual la narró, con sus baldosas desiguales, sus paredes descoloridas y sus rejas herrumbrosas, así como sus gentes melancólicas y derrotadas. Hasta la mañana grisácea, lluviosa e impregnada de premoniciones sombrías, parece dostoievskiana. Pero todavía más impresionantes son los lugares asociados a la vida de Raskólnikov, que parecen recién salidos de las páginas de la novela, como la sofocante taberna donde éste confiesa su crimen a Zamíotov o la casa donde el asesino vivió. Hace esquina también y un busto de un Dostoievski calvo y giboso adorna su fachada. El mal tiempo ha borrado la pintura y todo el edificio -en verdad, todo el barrio pobretón y sórdido- parece a punto de descalabrarse. El largo vestíbulo de piedras tiene un techo combado donde el eco repite los ruidos y el patiecillo interior, en torno al cual se aglomeran los apartamentos, es estrecho y tan desangelado como la empinada escalerilla que conduce a las habitaciones. Harta de los visitantes, una vecina que arrastra pesadamente su gordura y su odio a la vida, nos echa de imprecaciones. Un gato maúlla en alguna parte. Es imposible no tener la sensación de que algún asesino devorado por inquietudes metafísicas anda suelto por los alrededores.

La casa museo de Dostoievski insiste en que, contrariamente a la leyenda, el autor de El doble estaba lejos de ser una persona sombría y amargada. Le gustaba jugar con los niños y les inventaba y les leía historias. Y les mostraba su colección de fotografías de escritores y artistas famosos, que, ahora, se exhiben en el cuarto donde Anna almacenaba los libros que vendía. La mayoría de las fotos son de escritores rusos. Entre los europeos, figuran un Quijote eslavizado, unos libros de Charles Fourier y de Hoffman y unas efigies de Victor Hugo joven y de George Sand, escritora que, por un sorprendente malentendido, llegó a ser inmensamente popular entre los jóvenes liberales rusos de la generación de Dostoievski, no tanto como escritora de novelas, sino como ideóloga progresista y luchadora social. Aquí se pueden ver, por fragmentos de la correspondencia, las opiniones que merecieron al dueño de casa algunas ciudades de la Europa occidental durante los viajes que hizo por ellas. La más inesperada: que París era una ciudad aburridísima donde no había nada que hacer.

Después de esta peregrinación dostoievskiana es poco menos que obligatorio que termine el día en el Teatro Mariinsky, viendo una ópera adaptada de El jugador, con libreto y música de Sergei Prokofiev. Aunque la historia y los personajes son los mismos, lo que ocurre en el escenario tiene poco que ver con la novela de Dostoievski, por lo menos lo que de ella recuerdo, pues abundan las situaciones farsescas, los enredos y las caricaturas y el drama se disuelve entre sonrisas. Pero la música es espléndida, las voces magníficas, la orquesta de primera y el vertiginoso barroquismo del local calza como un guante con el espectáculo. Lo único dostoievskiano de la noche es el conductor de la orquesta, Valeri Gergiev, con sus ojos enloquecidos y su gesticulación que pasa de lo templado a lo convulso, de la delicadeza a la brutalidad, del sobresalto al éxtasis, sin transición, dando protagonismo a todos los instrumentos y manteniendo a espectadores, músicos, cantantes (y hasta acomodadores) en un estado de pasmo e inseguridad frenética. La última vez que vi a Gergiev, en Salzburgo, llevaba unos pelos largos y una barba de varios días; ahora, tiene los ralos cabellos bien cortados y se rasura, pero sigue siendo, a la hora de dirigir la orquesta, un poseído, que va siempre más allá de la partitura, un ser ctónico, conectado con las profundidades inquietantes del abismo humano, capaz de convertir un concierto o una ópera en una ceremonia genial y aterradora. Alguien que lo conoce me aseguró que el resto del día es un ser normalísimo, que le gusta empujarse, en los dos restaurantes que posee en San Petersburgo, unos salmones blancos de chuparse los dedos.



13 noviembre, 2011

EL FUCU....



La especie humana desde los tiempos bìblicos ha tenido miedo, terror si se quiere, a los males imprevistos...Descalabros econòmicos...enfermedades...muertes, tanto la de personas queridas como la propia...tragedias...disputas...en fin a toda esa gama de cosas desagradables y odiosas que màs vale ni recordar.Como esas cosas son muchas veces invevitables el hombre ha buscado un chivo expiatorio a quien achacàrselas echando mano del tan mentado fucù, como causante de ese mal que tememos, les dirè que la inmensa mayorìa de las personas, incluso personas cultas, y hasta sabios tienen su Fucù a quien temen como el diablo a la cruz.

A nuestro entender el "fucuismo" tiene muchas facetas. Si una cosa se rompe sobre todo un cristal o un espejo....El derramar sal sobre la mesa o en el piso...el poner los brazos en cruz en los dinteles de las puertas....el enumerar los muertos...el no dar tres golpecitos sobre una madera cuando se dice algo bueno...prender el cigarrillo al revès...ponerse la camisa o camiseta, sin querer, al revès tambièn...pasar por debajo de una escalera, y hasta los nùmeros llevan su parte, el 13 el punto de referencia, los hoteles y los edificios altos eliminan ese nùmero, del 12 pasan al 14...por aquì en nuestro paìs, se le tiene fucù el mencionar a Cristobal Colòn (uppp), en fin la gama es inalcanzable.

A esa faceta del fucuismo la llamarìamos fetichista, o simplemente supersticiosa que està extendìdìsima en todo el globo...La otra faceta es la màs temible y odiosa es el fucù que el contacto con ciertas personas acarrea, ya sea directa o por correspondencia.

La persona fucù es una persona con Jetattura, con poder de hacer el mal, perjudicar a otros sin ella, la infeliz proponèrselo. Es que la mala suerte le brota espontàneamente y envuelve con su tufo a otros infelices que estàn muy quitados de bulla.

Donde està el fucù la cosa fracasa....Antìdotos contra el fucuserismo no los hay, ni los habrà por desgracia; ni como cuidarse de ello. Algunas gentes del pueblo usan resguardos y suponemos que algunos de Uds. tambièn, esperamos no encontrarnos con uno de esos turpenes de la fatalidad....

08 septiembre, 2011

EL CONFLICTO ENTRE CIENCIA Y RELIGION...

EL CONFLICTO ENTRE CIENCIA Y RELIGION....

En su libro "God and the New Physics" , un tema que ha sido ampliamente debatido su evolución se puede resumir en tres fechas.

Allí sostenía que la ciencia proporciona en la actualidad un camino más seguro que las religiones tradicionales para llegar a Dios. Claro está que  al que llegaba poco tenía en común con el Dios personal creador del cristianismo; se trataba más bien de una idea que presentaba coincidencias con el panteísmo. Davies aludía al panteísmo como si fuera una idea generalizada entre los científicos; sería . Y sugería que, si el universo fuese el resultado de unas leyes necesarias, podríamos prescindir de la idea de un Dios creador.

En 1989, Davies editó una obra colectiva en la que se trataban los principales temas de vanguardia de la física en la actualidad. En la Introducción al libro, subrayaba que uno de los logros principales de la física en nuestra época se refiere a los fenómenos de auto-organización, en los cuales muchas partículas cooperan en la formación de nuevas pautas. En sus propias palabras: «Los sistemas complejos dejan de ser meramente complicados cuando despliegan un comportamiento coherente que implica la organización colectiva de un amplio número de grados de libertad. Es uno de los milagros universales de la naturaleza que enormes reuniones de partículas, que sólo están sometidas a las fuerzas ciegas de la naturaleza, sin embargo son capaces de organizarse a sí mismas en configuraciones (patterns) de actividad cooperativa». La referencia a que se realizan en virtud de muestra el asombro de Davies ante la naturaleza tal como nos la da a conocer la ciencia actual.

En 1992 algo más había cambiado, tal como se reflejaba en un artículo publicado en una revista divulgativa. Davies afirmaba que el cristianismo tuvo una influencia positiva en el nacimiento de la ciencia moderna, porque los pioneros de la ciencia eran cristianos y, como tales, pensaban que la naturaleza es racional como obra de Dios y que, por tanto, se puede investigar científicamente. Y añadía que, según el principio antrópico, las condiciones físicas que hacen posible nuestra existenciia se encuentran tan enormemente ajustadas que es difícil pensar que nuestra existencia sea un simple resultado del azar o de fuerzas ciegas.
Sobre todo, Davies publicó en 1992 un nuevo libro titulado "The Mind of God" que merece un comentario aparte.

La mente de Dios
Este libro no es un modelo de ortodoxia religiosa. Puede pensarse incluso que, si cae en las manos de alguien que no tenga buenos conocimientos científicos y religiosos, más bien le puede complicar bastante la vida. Pero eso mismo lo hace especialmente significativo. En efecto, muestra cómo un científico actual, que no pertenece a ninguna religión y que hasta hace pocos años encontraba muchas dificultades en la idea de un Dios personal, va avanzando hacia Dios gracias a sus reflexiones sobre la ciencia.

Davies afirma que no pertenece a ninguna religión institucional y que nunca ha tenido una experiencia mística. Pero también afirma que la ciencia no puede responder a los interrogantes últimos, y añade que ese tipo de respuestas sólo pueden provenir de experiencias místicas que trascienden el ámbito de la especulación científica. Además, defiende la existencia de algún plan superior capaz de explicar la vida humana: según Davies, nuestra existencia no puede ser casual ni el simple resultado de fuerzas ciegas.

Todo esto quizá pueda parecer trivial, sobre todo a un creyente, pero no lo es cuando se presenta como el resultado de un extenso análisis llevado a cabo por una persona que, como Davies, no encuentra fácil afirmar la existencia de un Dios personal creador. Davies es un científico que intenta llevar la ciencia hasta sus límites, analizando en concreto las variadísimas respuestas que se proponen en la actualidad acerca de las cuestiones últimas, y tomando parte en un verdadero combate intelectual en el que se discuten detalladamente los argumentos en favor y en contra de las distintas soluciones.

Al igual que en otros libros anteriores, los razonamientos de Davies pueden llevar al psiquiatra a quien no posea una estructura mental sólida, ya que incluyen las interpretaciones más insólitas. Se trata de reflexiones en voz alta en las que Davies manifiesta sus perplejidades, que no son pocas ni pequeñas. Su interés radica precisamente en que muestran que un científico como Davies, nada comprometido con posiciones religiosas convencionales y dispuesto a admitir la parte de verdad que se encuentra en cualquier propuesta por extraña que parezca, afirma ahora con pleno convencimiento que no resulta viable atribuir la existencia humana al simple juego accidental de las fuerzas naturales. Así puede entenderse que se le haya concedido el premio Templeton.

Los límites de la ciencia
Resulta muy significativo que Davies reconozca expresamente que la ciencia no se encuentra en condiciones de proporcionar respuestas a los problemas fundamentales de la existencia humana.
Es significativo porque Davies desearía poder solucionar todos los problemas ciencia en mano.Nos dice: «pero incluso si se descartan los sucesos sobrenaturales, no está claro, a pesar de todo, que la ciencia pueda explicar todo en el universo físico. Permanece el viejo problema acerca del final de la cadena de explicaciones. Por mucho éxito que puedan tener nuestras explicaciones científicas, siempre incluyen algunos supuestos en su punto de partida... Por tanto, las cuestiones 'últimas' siempre permanecerán más allá del alcance de la ciencia empírica»

En esta línea, Davies llega a señalar que más allá de la ciencia se encuentra la metafísica, y que es en ese ámabito donde se plantean los interrogantes acerca de los fundamentos mismos de las ciencias: «La tarea del científico es descubrir las pautas en la naturaleza e intentar ajustarlas a esquemas matemáticos simples. La cuestión de por qué hay pautas, y por qué esos esquemas matemáticos son posibles, cae fuera del alcance de la física, y pertenece al ámbito denominado metafísica»

La racionalidad de la naturaleza
Uno de los aspectos que Davies subraya con mayor acierto es la racionalidad de la naturaleza, indispensable para que la ciencia sea posible y progrese.De acuerdo con una posición genuinamente filosófica, Davies se asombra ante el éxito de la ciencia, al que podemos estar acostumbrados: «El éxito del método científico para descubrir los secretos de la naturaleza es tan sorprendente que puede impedirnos advertir el milagro mayor de todos: que la ciencia funciona. Incluso los científicos normalmente dan por supuesto que vivimos en un cosmos racional y ordenado, sujeto a leyes precisas que pueden ser descubiertas por el razonamiento humano. Sin embargo, por qué esto es así continúa siendo un asombroso misterio»

En efecto, el hecho de que la ciencia funcione, y funcione tan bien, apunta a algo profundamente significativo acerca de la organización del cosmos: «El éxito de la empresa científica frecuentemente puede impedirnos ver el hecho asombroso de que la ciencia funciona. Aunque la mayoría de la gente lo da por supuesto, es a la vez increíblemente afortunado y misterioso que seamos capaces de manejar las obras de la naturaleza usando el método científico»
La filosofía comienza con el asombro. Cuando nos acostumbramos a algo y nos llega a parecer lo más natural del mundo, difícilmente nos plantearemos problemas filosóficos. En este caso, Davies tiene razón: cuando se interpreta el éxito de la ciencia y de sus aplicaciones tecnológicas como un progreso a costa de las explicaciones metafísicas y religiosas, se comete una equivocación, porque el progreso científico más bien invita a plantear las cuestiones más profundas acerca de sus condiciones de posibilidad, y esas condiciones se encuentran más allá del dominio de la ciencia.
«Concedo que no se puede probar que el mundo es racional. Ciertamente es posible que, en su nivel más profundo, sea absurdo... Sin embargo, el éxito de la ciencia es al menos una fuerte evidencia circunstancial en favor de la racionalidad de la naturaleza» .

El plan divino
Se ha repetido una vez y otra que hoy día ya no se puede probar la existencia de Dios basándose en el orden de la naturaleza, porque ese orden puede explicarse mediante las leyes naturales. Incluso en el mundo de los vivientes, donde existe una aparente finalidad innegable, todo podría explicarse mediante las teorías de la evolución, sin apelar a un plan divino.
Davies subraya que, en este amabiente, resulta significativo que un buen número de científicos estén resucitando ahora la prueba de la existencia de Dios basada en el orden: «Los teólogos abandonaron más o menos completamente el argumento del diseño, debido a las severas críticas de Hume, Darwin y otros. Es muy curioso, por tanto, que haya sido resucitado recientemente por un número de científicos. En su nueva forma el argumento no se dirige hacia los objetos materiales del universo como tal, sino a las leyes subyacentes, donde es inmune frente a los ataques darwinistas»

A continuación, Davies se adentra en una de sus típicas disquisiciones. Según el cristianismo, la racionalidad de la naturaleza se debe al plan de Dios; pero, añade Davies, esto se acepta, la pregunta siguiente es: ¿con qué fin ha producido Dios este plan?... Esto significaría que nuestra propia existencia en el universo formaba una parte central del plan de Dios. Y sigue: «En The Cosmic Blueprint, escribí que el universo aparece como si se desarrollara de acuerdo con algún plan o bosquejo... Esas reglas parecen como si fuesen el producto de un plan inteligente. No veo cómo puede negarse esto. Que prefiramos creer que han sido planeadas realmente así, y en ese caso por qué tipo de ser, debe permanecer una materia de gusto personal... se podría concebir a Dios meramente como una personificación mítica de esas cualidades creativas, más que como un agente independiente. Por supuesto, esto difícilmente satisfaría a cualquiera que siente que tiene una relación personal con Dios»

Es evidente que Davies no está defendiendo la existencia de un plan divino tal como lo afirma el cristianismo. En este caso, como en tantos otros, su pensamiento llega incluso a chocar con la ortodoxia cristiana. Pero, por eso mismo, resulta significativa la evolución de su pensamiento hacia posiciones cada vez más próximas al teísmo.
Antropocentrismo¿Puede afirmarse todavía en la actualidad que el hombre ocupa un lugar privilegiado en el plan divino?
Davies, con todas las limitaciones que ya he señalado, se inclina por la respuesta afirmativa y, lo que es más, presenta sus ideas como el resultado de su reflexión sobre la ciencia. Éstas son las palabras finales de su libro: «No puedo creer que nuestra existencia en este universo es un mero episodio del destino, un accidente de la historia, algo incidental en el gran drama cósmico... A través de los seres conscientes, en el universo ha aparecido la auto-conciencia. Esto no puede ser un detalle trivial, un subproducto menor de fuerzas sin mente ni propósito. Realmente está previsto que estemos aquí»
Al comienzo del libro, Davies había escrito: «La revolución comenzada con Copérnico y terminada con Darwin tuvo el efecto de marginar e incluso trivializar a los seres humanos... En los capítulos que siguen presentaré una visión de la ciencia completamente diferente. Lejos de considerar a los seres humanos como productos incidentales de fuerzas físicas ciegas, la ciencia sugiere que la existencia de organismos conscientes es un rasgo fundamental del universo. Estamos inscritos en las leyes de la naturaleza en un sentido profundo y, según me parece, lleno de significado»

En definitiva, las reflexiones de Davies le han llevado a una perspectiva que reconoce un nivel de explicación más profundo que la ciencia: «Pertenezco al grupo de científicos que no suscriben ninguna religión convencional y, sin embargo, niegan que el universo sea un accidente sin significado. Por medio de mi trabajo científico he llegado a creer cada vez con más fuerza que el universo físico está coordinado con una sencillez tan asombrosa que no puedo aceptarla meramente como un simple hecho. Me parece que debe existir una explicación de nivel más profundo» ......

Davies posee un indudable talento como escritor, y una competencia científica que está fuera de duda. Pero lo más notable es que, escribiendo de modo asequible para el gran público, se adentra en los problemas más difíciles que relacionan la ciencia, la filosofía y la religión.
Con respecto a la religión, las ideas de Davies han cambiado con los años. Siempre ha sostenido que la ciencia proporciona un camino importante para acercarse a Dios, pero son sus ideas sobre Dios las que han evolucionado desde una especie de panteísmo hasta una posición próxima a la teología del proceso.
Desde luego, ni el panteísmo ni la teología del proceso son ideas religiosas ortodoxas. El panteísmo identifica a Dios con la naturaleza. Y la teología del proceso afirma un Dios que, siendo diferente de la naturaleza, comparte de algún modo su destino y por eso se encuentra en proceso y cambia. En la Europa de hace varios siglos, tanto católica como protestante, Davies podía haber acabado en la hoguera por defender esas ideas. Sin embargo, ahora recibe un sustancioso premio. Evidentemente, las circunstancias han cambiado, y en nuestro mundo secularizado resulta significativo que un científico conocido, cuyos libros tienen éxito, afirme que existen puentes entre la ciencia y la religión, aunque no llegue a unas ideas muy claras acerca de Dios.

Allí sostenía que la ciencia proporciona en la actualidad un camino más seguro que las religiones tradicionales para llegar a Dios. Claro está que el al que llegaba poco tenía en común con el Dios personal creador del cristianismo; se trataba más bien de una idea que presentaba coincidencias con el panteísmo. Davies aludía al panteísmo como si fuera una idea generalizada entre los científicos; sería . Y sugería que, si el universo fuese el resultado de unas leyes necesarias, podríamos prescindir de la idea de un Dios creador, pero no de la idea de .

En 1989, Davies editó una obra colectiva en la que se trataban los principales temas de vanguardia de la física en la actualidad. En la Introducción al libro, subrayaba que uno de los logros principales de la física en nuestra época se refiere a los fenómenos de auto-organización, en los cuales muchas partículas cooperan en la formación de nuevas pautas. En sus propias palabras: «Los sistemas complejos dejan de ser meramente complicados cuando despliegan un comportamiento coherente que implica la organización colectiva de un amplio número de grados de libertad. Es uno de los milagros universales de la naturaleza que enormes reuniones de partículas, que sólo están sometidas a las fuerzas ciegas de la naturaleza, sin embargo son capaces de organizarse a sí mismas en configuraciones (patterns) de actividad cooperativa». La referencia a que se realizan en virtud de muestra el asombro de Davies ante la naturaleza tal como nos la da a conocer la ciencia actual.

En 1992 algo más había cambiado, tal como se reflejaba en un artículo publicado en una revista divulgativa. Davies afirmaba que el cristianismo tuvo una influencia positiva en el nacimiento de la ciencia moderna, porque los pioneros de la ciencia eran cristianos y, como tales, pensaban que la naturaleza es racional como obra de Dios y que, por tanto, se puede investigar científicamente. Y añadía que, según el principio antrópico, las condiciones físicas que hacen posible nuestra existenciia se encuentran tan enormemente ajustadas que es difícil pensar que nuestra existencia sea un simple resultado del azar o de fuerzas ciegas.
Sobre todo, Davies publicó en 1992 un nuevo libro titulado The Mind of God , que merece un comentario aparte.

La mente de Dios
Este libro no es un modelo de ortodoxia religiosa. Puede pensarse incluso que, si cae en las manos de alguien que no tenga buenos conocimientos científicos y religiosos, más bien le puede complicar bastante la vida. Pero eso mismo lo hace especialmente significativo. En efecto, muestra cómo un científico actual, que no pertenece a ninguna religión y que hasta hace pocos años encontraba muchas dificultades en la idea de un Dios personal, va avanzando hacia Dios gracias a sus reflexiones sobre la ciencia.

Davies afirma que no pertenece a ninguna religión institucional y que nunca ha tenido una experiencia mística. Pero también afirma que la ciencia no puede responder a los interrogantes últimos, y añade que ese tipo de respuestas sólo pueden provenir de experiencias místicas que trascienden el ámbito de la especulación científica. Además, defiende la existencia de algún plan superior capaz de explicar la vida humana: según Davies, nuestra existencia no puede ser casual ni el simple resultado de fuerzas ciegas.
Todo esto quizá pueda parecer trivial, sobre todo a un creyente, pero no lo es cuando se presenta como el resultado de un extenso análisis llevado a cabo por una persona que, como Davies, no encuentra fácil afirmar la existencia de un Dios personal creador. Davies es un científico que intenta llevar la ciencia hasta sus límites, analizando en concreto las variadísimas respuestas que se proponen en la actualidad acerca de las cuestiones últimas, y tomando parte en un verdadero combate intelectual en el que se discuten detalladamente los argumentos en favor y en contra de las distintas soluciones.
Al igual que en otros libros anteriores, los razonamientos de Davies pueden llevar al psiquiatra a quien no posea una estructura mental sólida, ya que incluyen las interpretaciones más insólitas. Se trata de reflexiones en voz alta en las que Davies manifiesta sus perplejidades, que no son pocas ni pequeñas. Su interés radica precisamente en que muestran que un científico como Davies, nada comprometido con posiciones religiosas convencionales y dispuesto a admitir la parte de verdad que se encuentra en cualquier propuesta por extraña que parezca, afirma ahora con pleno convencimiento que no resulta viable atribuir la existencia humana al simple juego accidental de las fuerzas naturales. Así puede entenderse que se le haya concedido el premio Templeton.

Los límites de la ciencia
Resulta muy significativo que Davies reconozca expresamente que la ciencia no se encuentra en condiciones de proporcionar respuestas a los problemas fundamentales de la existencia humana.
Es significativo porque Davies desearía poder solucionar todos los problemas ciencia en mano.Nos dice: «pero incluso si se descartan los sucesos sobrenaturales, no está claro, a pesar de todo, que la ciencia pueda explicar todo en el universo físico. Permanece el viejo problema acerca del final de la cadena de explicaciones. Por mucho éxito que puedan tener nuestras explicaciones científicas, siempre incluyen algunos supuestos en su punto de partida... Por tanto, las cuestiones 'últimas' siempre permanecerán más allá del alcance de la ciencia empírica»
En esta línea, Davies llega a señalar que más allá de la ciencia se encuentra la metafísica, y que es en ese ámabito donde se plantean los interrogantes acerca de los fundamentos mismos de las ciencias: «La tarea del científico es descubrir las pautas en la naturaleza e intentar ajustarlas a esquemas matemáticos simples. La cuestión de por qué hay pautas, y por qué esos esquemas matemáticos son posibles, cae fuera del alcance de la física, y pertenece al ámbito denominado metafísica»

La racionalidad de la naturaleza
Uno de los aspectos que Davies subraya con mayor acierto es la racionalidad de la naturaleza, indispensable para que la ciencia sea posible y progrese.De acuerdo con una posición genuinamente filosófica, Davies se asombra ante el éxito de la ciencia, al que podemos estar acostumbrados: «El éxito del método científico para descubrir los secretos de la naturaleza es tan sorprendente que puede impedirnos advertir el milagro mayor de todos: que la ciencia funciona. Incluso los científicos normalmente dan por supuesto que vivimos en un cosmos racional y ordenado, sujeto a leyes precisas que pueden ser descubiertas por el razonamiento humano.
Sin embargo, por qué esto es así continúa siendo un asombroso misterio»
En efecto, el hecho de que la ciencia funcione, y funcione tan bien, apunta a algo profundamente significativo acerca de la organización del cosmos: «El éxito de la empresa científica frecuentemente puede impedirnos ver el hecho asombroso de que la ciencia funciona. Aunque la mayoría de la gente lo da por supuesto, es a la vez increíblemente afortunado y misterioso que seamos capaces de manejar las obras de la naturaleza usando el método científico»La filosofía comienza con el asombro. Cuando nos acostumbramos a algo y nos llega a parecer lo más natural del mundo, difícilmente nos plantearemos problemas filosóficos. En este caso, Davies tiene razón: cuando se interpreta el éxito de la ciencia y de sus aplicaciones tecnológicas como un progreso a costa de las explicaciones metafísicas y religiosas, se comete una equivocación, porque el progreso científico más bien invita a plantear las cuestiones más profundas acerca de sus condiciones de posibilidad, y esas condiciones se encuentran más allá del dominio de la ciencia.«Concedo que no se puede probar que el mundo es racional. Ciertamente es posible que, en su nivel más profundo, sea absurdo... Sin embargo, el éxito de la ciencia es al menos una fuerte evidencia circunstancial en favor de la racionalidad de la naturaleza» .
El plan divinoSe ha repetido una vez y otra que hoy día ya no se puede probar la existencia de Dios basándose en el orden de la naturaleza, porque ese orden puede explicarse mediante las leyes naturales. Incluso en el mundo de los vivientes, donde existe una aparente finalidad innegable, todo podría explicarse mediante las teorías de la evolución, sin apelar a un plan divino.

Davies subraya que, en este amabiente, resulta significativo que un buen número de científicos estén resucitando ahora la prueba de la existencia de Dios basada en el orden: «Los teólogos abandonaron más o menos completamente el argumento del diseño, debido a las severas críticas de Hume, Darwin y otros. Es muy curioso, por tanto, que haya sido resucitado recientemente por un número de científicos. En su nueva forma el argumento no se dirige hacia los objetos materiales del universo como tal, sino a las leyes subyacentes, donde es inmune frente a los ataques darwinistas»
A continuación, Davies se adentra en una de sus típicas disquisiciones. Según el cristianismo, la racionalidad de la naturaleza se debe al plan de Dios; pero, añade Davies, esto se acepta, la pregunta siguiente es: ¿con qué fin ha producido Dios este plan?... Esto significaría que nuestra propia existencia en el universo formaba una parte central del plan de Dios. Y sigue: «EnThe Cosmic Blueprint, escribí que el universo aparece como si se desarrollara de acuerdo con algún plan o bosquejo... Esas reglas parecen como si fuesen el producto de un plan inteligente. No veo cómo puede negarse esto. Que prefiramos creer que han sido planeadas realmente así, y en ese caso por qué tipo de ser, debe permanecer una materia de gusto personal... se podría concebir a Dios meramente como una personificación mítica de esas cualidades creativas, más que como un agente independiente. Por supuesto, esto difícilmente satisfaría a cualquiera que siente que tiene una relación personal con Dios»
Es evidente que Davies no está defendiendo la existencia de un plan divino tal como lo afirma el cristianismo. En este caso, como en tantos otros, su pensamiento llega incluso a chocar con la ortodoxia cristiana. Pero, por eso mismo, resulta significativa la evolución de su pensamiento hacia posiciones cada vez más próximas al teísmo.
Antropocentrismo¿Puede afirmarse todavía en la actualidad que el hombre ocupa un lugar privilegiado en el plan divino?Davies, con todas las limitaciones que ya he señalado, se inclina por la respuesta afirmativa y, lo que es más, presenta sus ideas como el resultado de su reflexión sobre la ciencia. Éstas son las palabras finales de su libro: «No puedo creer que nuestra existencia en este universo es un mero episodio del destino, un accidente de la historia, algo incidental en el gran drama cósmico... A través de los seres conscientes, en el universo ha aparecido la auto-conciencia. Esto no puede ser un detalle trivial, un subproducto menor de fuerzas sin mente ni propósito. Realmente está previsto que estemos aquí»
Al comienzo del libro, Davies había escrito: «La revolución comenzada con Copérnico y terminada con Darwin tuvo el efecto de marginar e incluso trivializar a los seres humanos... En los capítulos que siguen presentaré una visión de la ciencia completamente diferente. Lejos de considerar a los seres humanos como productos incidentales de fuerzas físicas ciegas, la ciencia sugiere que la existencia de organismos conscientes es un rasgo fundamental del universo. Estamos inscritos en las leyes de la naturaleza en un sentido profundo y, según me parece, lleno de significado»
En definitiva, las reflexiones de Davies le han llevado a una perspectiva que reconoce un nivel de explicación más profundo que la ciencia: «Pertenezco al grupo de científicos que no suscriben ninguna religión convencional y, sin embargo, niegan que el universo sea un accidente sin significado. Por medio de mi trabajo científico he llegado a creer cada vez con más fuerza que el universo físico está coordinado con una sencillez tan asombrosa que no puedo aceptarla meramente como un simple hecho. Me parece que debe existir una explicación de nivel más profundo» ......
Davies posee un indudable talento como escritor, y una competencia científica que está fuera de duda. Pero lo más notable es que, escribiendo de modo asequible para el gran público, se adentra en los problemas más difíciles que relacionan la ciencia, la filosofía y la religión.
Con respecto a la religión, las ideas de Davies han cambiado con los años. Siempre ha sostenido que la ciencia proporciona un camino importante para acercarse a Dios, pero son sus ideas sobre Dios las que han evolucionado desde una especie de panteísmo hasta una posición próxima a la teología del proceso.

Desde luego, ni el panteísmo ni la teología del proceso son ideas religiosas ortodoxas. El panteísmo identifica a Dios con la naturaleza. Y la teología del proceso afirma un Dios que, siendo diferente de la naturaleza, comparte de algún modo su destino y por eso se encuentra en proceso y cambia. En la Europa de hace varios siglos, tanto católica como protestante, Davies podía haber acabado en la hoguera por defender esas ideas. Sin embargo, ahora recibe un sustancioso premio. Evidentemente, las circunstancias han cambiado, y en nuestro mundo secularizado resulta significativo que un científico conocido, cuyos libros tienen éxito, afirme que existen puentes entre la ciencia y la religión, aunque no llegue a unas ideas muy claras acerca de Dios.

06 septiembre, 2011

CARLOS FUENTES: "NO SE LO QUE ESTÁ PASANDO, EL MUNDO SE TRANSFORMA: .....


El escritor mexicano presenta en Barcelona sus dos últimos libros y aboga por la despenalización de la droga

J. M. MARTÍ FONT
Barcelona 03/09/2011

En 2004, Carlos Fuentes presentó un libro, recopilación de artículos periodísticos, titulado Contra Bush. Las cosas estaban claras: era el momento álgido de la protesta contra la invasión de Irak, ordenada por el entonces presidente norteamericano, y el escritor mexicano se despachaba a gusto contra el líder del Trío de las Azores. El mundo todavía podía explicarse en función de unos valores, a favor o en contra, y Fuentes tomaba partido.

México
En estos siete años el mundo ha cambiado hasta hacerse irreconocible, admite.

"No sé nada, no sé lo que está pasando. Hay una especie de hartazgo con los partidos políticos, se está buscando algo nuevo entre gente muy joven y vamos a llevarnos sorpresas. Estamos frente a uno de esos cambios, como los de 1848 o 1868, en los que el mundo se transforma y nadie sabe en qué dirección. Es otro mundo. Sé que están pasando muchas cosas, pero no se qué está pasando".

Fuentes (Panamá, 1928) ha estado en Barcelona para presentar sus dos últimos libros: el ambicioso ensayo La gran novela latinoamericana y el volumen de relatos Carolina Grau, ambos publicados por Alfaguara. En el primero recorre la historia de la narrativa latinoamericana, de Rubén Darío a Borges, pasando por los escritores del boom, a cuya generación pertenece, "el búmeran, el post-boom y el crack", hasta llegar a la actualidad, que considera imposible de clasificar. "Lo que hay ahora es una diversidad. La variedad es demasiado grande como para agruparla bajo un único nombre", señala. Tal vez por eso no incluye en su ensayo a uno de los más notables escritores -al menos a decir de los críticos- del pasado reciente, el chileno Roberto Bolaño, aunque a esta pregunta prefiere responder con un simple "no está, simplemente porque no lo he leído, y no me gusta opinar de lo que no conozco". Admite, eso sí, que en cuento tenga un poco de tranquilidad, leerá al autor de Los detectives salvajes.

Sigue muy de cerca lo que sucede es su país, México, y especialmente la impresionante erupción de violencia relacionada con el narcotráfico. "Siempre han existido las bandas de narcos en México", asegura, "pero los anteriores Gobiernos las ponían a pelearse entre sí. El actual presidente, Vicente Calderón, decidió enfrentarse a ellas y ha sido una mala política porque han derrotado a la policía, están derrotando al ejército y el presidente se está quedando sin barajas". El autor de Cambio de piel ironiza con la posibilidad de combatir la violencia con mayores dosis de violencia: "Traer a México a policías franceses, israelíes o a los de la antigua RDA que llevan muchos años de vacaciones...".

Pero su apuesta va -como la de muchos otros líderes latinoamericanos- en la dirección de la despenalización de las drogas. "Soy de los que piden que se tomen paulatinamente medidas para la despenalización . Es una solución pacífica, porque el problema de la droga nos viene dado por la existencia de quienes la consumen, los ciudadanos de Estados Unidos, al otro lado de la frontera. Una vez ha cruzado ya no podemos hacer nada". En EE UU, en su opinión, la droga es una cuestión estabilizada que no causa graves problemas ni sociales ni criminales, lo que ya le va bien a las autoridades norteamericanas. El problema es para México; no desde el punto de vista del consumo, sino por el de la criminalidad.

Piensa que México ha dejado de ser "una dictadura perfecta del PRI, como lo llamó Mario Vargas Llosa y se convirtió en una democracia muy imperfecta". Ahora se enfrenta a problemas muy graves, añade, que si no los resuelve el próximo presidente pueden acabar siendo resueltos "por otros, y no quiero pensar en qué y quiénes intervengan para poner el orden en México". Por esta razón considera que es muy importante que las próximas elecciones "sean creíbles, democráticas y con un buen candidato".

¿Cuál es el buen candidato?, le pregunta el periodista. "Marcelo Ebrard", responde sin dudarlo.

17 junio, 2011

JORGE LUIS BORGES...EL POETA...

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Arte poética

Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo,

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.



RECORDANDO A BORGES..........

El autor bonaerense posa en el Hotel Real de Santander durante una visita a la ciudad el 29 de agosto de 1983. ::

LITERATURA

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo homenajea este verano al escritor argentino con cuatro citas en torno a su legado

17.06.11 - 00:29 - GEMA MARTÍNEZ
E l 14 de junio de 1986, Jorge Luis Borges fallecía en Ginebra. El cáncer se llevó a una de las voces más rotundas de la literatura en español y se apagó así una llama creativa que había alumbrado joyas como 'El Aleph'. 14 de junio de 2011, un cuarto de siglo después, el recuerdo y el fulgor de una de las plumas más prolíficas de la literatura contemporánea siguen más vivas que nunca. Por ello, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo rendirá homenaje al poeta y prosista durante sus actividades estivales.

Desde el 15 hasta el 19 de agosto, el centro santanderino tiene programadas una serie de iniciativas, tanto culturales como académicas, para recordar a Borges en el XXV aniversario de su muerte. El escritor apuntó una vez que la poesía «es algo tan íntimo que no se puede definir». En un acto que contará con la 'intimidad' del jardín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, los versos borgianos abrirán una semana de homenajes y tributos a través de una lectura dramatizada de «una selección de textos del autor» con la voz del actor Alberto San Juan. Además del recital del intérprete madrileño, el jardín de la céntrica biblioteca será escenario de dos piezas teatrales: 'BRGS' de Juan Mayorga y 'Borges' de Rodrigo García; «donde ambos elaboran un retrato de uno de los escritores más emblemáticos de la literatura universal».

El autor de 'El informe de Brodie' centrará también una de las iniciativas más veteranas de la UIMP, los 'Martes literarios'. Su viuda, María Kodama, y su biógrafo, Marcos Ricardo Barnatán, hablarán sobre los '25 años sin Borges', una actividad que también tiene su vertiente académica ya que durante las cinco jornadas se celebrarán diferentes sesiones que recordarán al escritor argentino a través de su trayectoria vital, sus experiencias profesionales y su relación con la literatura.

Danza y teatro
«Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios que, con su magnífica ironía, me dio a la vez los libros y la noche». Estos versos, pertenecientes al 'Poema de los dones' de Borges inspiran otro de los homenajes de la UIMP al escritor. En este caso, el espectáculo 'Tripolar' transformará la voz borgiana en danza en un proyecto que mezcla el flamenco y la danza contemporánea y que también servirá para rendir homenaje a Enrique Morente -fallecido en diciembre del pasado año-.
Los bailaores Marcos Vargas y Chloé Brulé, y el cantaor José Amador serán los encargados de poner el alma flamenca al 'Poema de los dones' el miércoles 17 de agosto en el Paraninfo de la Magdalena.

El último de los homenajes de la UIMP a Borges será la muestra abierta de un taller dirigido por la actriz Emma Cohen en el que, basándose en el clásico borgiano 'El Aleph', se realizará, el jueves 18, una representación en el Paraninfo de la Magdalena. A través de este libro «podremos reconocer gran parte de la literatura de Borges, abrir ruta hacia el juego con el lenguaje, la erudición -tanto cierta como ficticia-, el humor y la ironía» con una recreación que combinará «la plástica y la voz».

Un legado vivo
El recuerdo de Borges también permanecerá más vivo que nunca gracias a las reediciones que sufre su legado de manera contínua. En el XXV aniversario de su muerte, su obra estará presente en las librerías españolas . Las versiones más recientes corresponden a 'Poesía completa' y 'Cuentos completos', donde se recogen los dos pilares de la literatura borgiana: la lírica y la narrativa. Otras novísimas incorporaciones son 'Inquisiciones. Otras inquisiciones' -un volumen formado por dos ensayos literarios a los que separan 25 años- o 'Historia universal de la infamia', 'Ficciones', 'El Aleph', 'El libro de arena' e 'Historia de la eternidad'. Ilustraciones (como en 'Kafka-Borges') y una entrevista ('Cuentos memorables según Jorge Luis Borges') inspiran otras ediciones en homenaje al bonaerense.

Un tributo al que también se han sumado otros escritores como Agustín Fernández Mallo ('El hacedor (de Borges). Remake') o el fallecido Rodolfo Enrique Fogwill con 'Help a él'.De iBanesto: sin gastos, ni comisiones, y con la confianza de un gran Banco.

Diario Montanez.es

08 junio, 2011

SEMPRUM, EL INTELECTUAL COMPROMETIDO QUE VINO DEL FRIO.....


WEIMAR.- Fotografía de archivo del 10 de abril de 2005 del autor español Jorge Semprun ofreciendo un discurso, durante la ceremonia de conmemoración de la liberación del campo de concentración de Buchenwald en Alemania del estehace 60 años por el Ejército estadounidense en Weimar (Alemania). EFE/Jan-Peter Kasper

MADRID, 8 jun (EFE).- Jorge Semprún, además de ser tres años ministro de Cultura en España, pasó 20 años comprometido con su tiempo desde el marxismo, una parte de ellos como militante del Partido Comunista de España (PCE) y otra como un intelectual heterodoxo buscador incansable de nuevas vías para el socialismo.

El compromiso político de Semprún comienza antes de cumplir los 20 años con su ingreso en el PCE, su participación en la resistencia francesa y su posterior estancia en el campo de concentración de Buchenwald (Alemania).

Semprún compagina su militancia y los riesgos que acarrea sus frecuentes pases clandestinos a España para reorganizar el PCE, con la elaboración teórica, la literatura y un estrecho contacto con intelectuales y artistas que se mueven por el París de posguerra.

Su contacto con la revista "Les Temps Modernes", y con el Sartre izquierdista pero distante de Moscú sería determinante.
Jorge Semprún Maura, - el militante comunista Federico Sánchez-, estuvo en el torbellino político de su tiempo y llevo una militancia aventurera y peligrosa con sus continuas entradas clandestinas en la España franquista para reorganizar el PCE. Era la época de todo por el partido.
Como el mismo Semprún llegó a reconocer, formó parte de una generación combativa, valiente y generosa pero que en un momento determinado perdió el sentido crítico. Hasta 1964, año en el que todo cambió.
La ruptura con el PCE se gesta, en realidad, mucho antes y el factor determinante es el XX Congreso del PCUS en 1956, tres años después de la muerte de Stalin, en el que el proceso de "desestalinización" se reduce a un ajuste de cuentas interno.
A finales de 1963 comienza en el Comité Ejecutivo del PCE una discusión sobre el centralismo democrático, y en el calor del debate Fernando Claudín y Federico Sánchez exponen con claridad sus divergencias. La discusión acaba con la expulsión de los dos, primero del Comité Ejecutivo y luego del partido.
A partir de este momento, Semprún se centra en aportar una vía política que rompa con el aparato estalinista pero también que se distancia de lo que en su tiempo consideraba el reformismo, representado, fundamentalmente por la socialdemocracia europea. Era también una manera de poner en orden sus propios pensamientos.
Entre sus artículos en la editorial parisina Ruedo Ibérico, - fundada por exiliados españoles-, destaca "Notas sobre izquierdismo y reformismo" texto en el que afirma tajantemente que "izquierdismo y reformismo se refieren a dos posibles desviaciones de un recto camino: el del marxismo revolucionario".
En el prefacio que hace a "La crisis del movimiento comunista", de Fernando Claudín, Semprún insiste en esa tercera vía desmarcándose nítidamente de las tesis de Trotsky al que acusa de "flotar en los limbos de la abstracción y el irrealismo".
Para Semprún, con la visión de los trotskistas hacia el estalinismo "se confirma que no sólo la Iglesia es ortodoxa, sino que también pueden ser ortodoxas las sectas y las capillas".
Y es en ese tiempo cuando empieza a hacer guiones cinematográficos, siempre con gente con los que simpatizaba ideologicamente, izquierdistas lejanos del comunismo "oficial": Pierre Schoendoerffer, Alain Resnais, Costa-Gavras, Joseph Losey, Artur London, Yves Montand...
La vía de Semprún en esos tiempos, al igual que el de su círculo de París, empezaba por reconocer que el marxismo no era un dogma, sino que fue Stalin quien lo transformó en dogma.
Las nuevas búsquedas de vías para el socialismo -escribía London- no son otra cosa más que el procedimiento de los clásicos del marxismo, Marx y Engels.
Es paradigmático su guión de "La guerra ha terminado" de Resnais en 1966: Diego Mora (Ives Montand) es un veterano militante comunista que vive a caballo de España y Francia, cruzando la frontera y desplazándose con frecuencia a Madrid para coordinar la organización clandestina del PCE en la España franquista. Todos los esfuerzos parecen, en el fondo, inútiles, y cunde en desánimo. Semprún en persona.
Con el paso de los años Semprún evolucionó, aparcó la búsqueda de vía entre izquierdismo y reformismo, y sus posiciones y compromisos políticos fueron muy distantes de aquellos en la que se distinguió y fue luz para muchos intelectuales y universitarios. Pero su huella como pensador, intelectual y militante comprometido, aunque viniese del frío, perdurará. EFE
Fernando Ruiz

16 mayo, 2011

REVOLUCION E INTELECTUALIDAD...

Decía Marx que los filósofos tratan de “interpretar” la sociedad, cuando de lo que se trata es de cambiarla, ¿esto aplica a los intelectuales de izquierda?
Raúl Bracho
Para Kaos en la Red
15-5-2011 a las 3:05
Una visión mecanicista del hombre fue aquella que dividió a los intelectuales separándolos de la clase trabajadora por el simple hecho de trabajar solo con el “intelecto” y no con sus músculos. En una visión organicista debemos abordar el trabajo intelectual como una mas de las partes que conforman el todo, que no es otro que la misma sociedad y aceptar que todo trabajo manual genera una comprensión intelectual y viceversa: que el trabajo intelectual, es decir el pensamiento colectivo, de alguna manera determina en alguna medida el desarrollo de la historia; de forma tal que no se puede separar a la ”intelectualidad” como a “ese sector de opinadores de cafetín” que pretenden criticar desde “afuera” a las fuerzas que están promoviendo los cambios.

En la modernidad del siglo XXI, en donde los medios alternativos ofrecen una capacidad extraordinaria de comunicación, de difusión de ideas y de expresión individual y colectivo a través de la red global de Internet, se visibiliza de forma contundente el pensamiento de todas y todos, estas visiones se retransmiten a un universo de receptores por medios veloces y globales como mensajes por las innumerables redes existente. Los blog agrupan de forma natural a toda la población y se convierte la comunicación informal en un territorio que logra afectar el pensamiento colectivo. Al unir esta forma de comunicación al proceso histórico de nuestra sociedad en crisis, no se puede dejar de tomar en cuenta que las fuerzas en pugna se enfrentan igualmente en este terreno, que hay expresiones regresivas y expresiones revolucionarias, así como de forma muy solapada una terrible fuerza que se infiltra en estas redes con la intención de desinformar, confundir y manipular estas expresiones en servicio del predominio imperial, en los países en donde hay crisis políticas hay laboratorios que operan para desvirtuar la fuerza transformadora que deben de generar formas de comunicación tan sorprendentes como las actuales.
El verdadero trabajo intelectual, debe comprenderse desde la participación en la vida social, los colectivos o personas que opinan o critican, no tendrán sentido si sus “ideas” no están conectadas con la realidad de cualquier forma, los medios alternativos deben preservar la capacidad de ser la voz de los pueblos en su lucha por la nueva sociedad, mas humana y solidaria, sin cabida a la explotación del rico sobre el pobre, sin el dominio de un país poderoso sobre los países débiles, el mundo nuevo y socialista. No se puede perder, desde los “intelectuales de izquierda” la visión de la importancia de los objetivos que socialmente se buscan en la lucha por la liberación, de la lucha política mundial en la que hay un enemigo poderoso, el imperialismo.
Las recientes experiencias suscitadas en el medio oriente y África deben alertarnos. El poder imperial ha aprendido a manejar la opinión publica, ha logrado que se confunda mucha gente y termine defendiendo lo que ha ellos les conviene, generan matrices de opinión para desestabilizar a nuestros lideres y a nuestros procesos, generan conflictos maquillados para que se dude, para que nos confundamos y debilitemos. Mas allá del derecho a la critica, que debe siempre enmarcarse en la critica constructiva, se debe mantener claro el objeto final de la lucha: derrotar a una forma de vida inhumana, explotadora y cruel que destroza a nuestra humanidad y a nuestro planeta.
El pueblo es el gran protagonista de los cambios, su pensamiento debe ser la fuerza que resista y logre vencer un imperio muy diestro en el engaño y la manipulación, la sociedad de consumo existe afuera y dentro de los seres que conforman la sociedad, por tanto el dialogo y la expresión comunitaria debe apuntar a la liberación exterior e interior de la especie humana.
No tiene cabida una corte de “analistas” e “interpretadores” como si fuese la gran corte celestial que determine lo bueno y lo malo, no es ese el trabajo comunicacional, es el generar política, acción en lo social, conciencia en las clases dominadas, despertar la rebelión ante un modelo perverso que nos amenaza con la extinción.
La gran batalla de las ideas debe abrir las puertas a la conciencia planetaria, a la unión de la humanidad que lucha por un nuevo orden mundial de libertad y justicia, de igualdad y solidaridad.
Venceremos.

UNA NOVELA QUE HA ANTICIPADO LA MUERTE DE BIN LADEN....

Escrito por Dani Lanza el 16 de mayo de 2011 0
Quizás, la muerte de este terrorista que en su momento trabajó para la CIA, tiene tanto de ficción que no es difícil predecirla en un momento de agitación en loas países árabes, como el que estamos viviendo este año.
Pero el periodista Ezequiel Teodoro tiene su merito al hacerlo. ya que se trata del primero que lo introduce dentro de una novela ficticia, llamada ‘ El manuscrito de Avicena’. En este además de narrarnos las historia de Al Qaeda, con un líder distinto a Bin Laden, nos contará todo tipo de intrigas relacionadas con masones, espías y terroristas.
La obra fue presentada el pasado jueves a las 19.00 en la sede de turismo Andaluz de Málaga. A esta, acudió la ex ministra de Fomento y vicepresidenta del Banco Europeo de inversiones (BEI), Magdalena Álvarez..
La historia se centra en un médico que tiene que encontrar a su mujer, que ha sido secuestrada por Al Qaeda. Poco a poco, nos describirán como la mujer está investigando el manuscrito de Avicena del siglo XI, detrás del cual también está el grupo Al Qaeda; por ello, el protagonista tendrá que encontrar el manuscrito original para poder intercambiarlo por la mujer.
Por otra parte, el autor ah admitido que le manuscrito también es histórico y de aventuras, ya que, también se relatarán en los diferentes capítulos situaciones del manuscrito en el siglo XI, en Jerusalén o en el siglo XIX en Burgos.
Supongo que es una opción mas para todos aquellos que sientan mucha curiosidad por este mundo tan entrelazado de terroristas islámicos y conspiraciones varias. Además de para aquellos que no estén dispuestos a sentarse a leer a no ser que sea algo de aventuras e intriga.

15 mayo, 2011

FRANZ KAFKA......CUYAS OBRAS SON TODAS PÓSTUMAS......


Tenía cuarentaiseis años cuando falleció en un sanatorio de Viena. No puede decirse que muriera olvidado, quién lo conocía acaso para ovidarlos?...Era el año 1924. La Bella época de la entre guerras. Había nacido de padres judio-alemanes en 1883.

Un tipo acomplejadísimo...Callado...Aplastado por una corta existencia grís. Incomprendida. Infeliz...Su padre fué muy duro con él, y esto, muy probablemente influyera en su inveterada amargura...En su existencial desdicha.

Buscó refugio en la invención cuesntística, en la novela...pero nunca se sintió con fuerzas ni ánimos suficientes para publicarlos y ahí en un rincón  cualquiera de su cuarto tenía aislados los manustritos que ni a si mismo satisfacian. Antes de morir le suplicó a Max Brod, de sus poquísimos amigos, que quemara todo aquello porque no servía.

Según el decir de Jorge Luis Borges en él se ataron dos cabos diametralmente opuestos, el sentido de subordinación constante, esclavizador, y el destello de la infinitud liberizadora, espléndente.

Ni que decir que despues de su muerte Max Brod desobedeció la última instancia de su amigo, e hizo bien, vaya que si hizo bien...

Nos estamos refierndo al tan conocido, hoy día Franz Kafka, de quien  ya hemos leído  varios cuentos publicados por la Editorial Losada, y entre estos, uno, LA METAMORFOSIS que no sabemos como decir, deja a uno el alma en un hilo, con un sabor tan amargo, con una indefinición tan acusada, con un pesimismo tan marcado.

Todas sus obras son póstumas y han constituído una verdadera bomba en los ámbitos literarios y críticos. El Proceso, El Castillo, El Artista del Ayuno y otros.

Sin que elabore demasiado los aspectos literarios, las ideas que expresa son tan contundentes, tan avasalladoras y cautivantes, capaces por sí solas de levantar una obra de arte, de belleza indescriptible, y por lo demás cruel...muy cruel, muy áspero a nuestros acostumbrados sueños y fantasías.

Kafka es por recta obligación hoy día un clásico de las letras universales. Absurdo...terrible...inquietante...realista.

A este  Franz Kafka hay que leerlo...

11 mayo, 2011

ANA MARIA MATUTE Y LA MAGIA DE LA LITERATURA....

Matute, de 85 años, es la tercera mujer que obtiene un Premio Cervantes. AP
◦La española es aplaudida al hablar del género
Matute habló también de la búsqueda de la sencillez en su obra

SAN JUAN (08/MAY/2011).- La escritora española y Premio Cervantes 2010, Ana María Matute, arrancó los aplausos del público en San Juan al hablar de la magia de la literatura, de sus recuerdos de niñez, de la guerra civil y de los prejuicios que sufrió por ser mujer en el mundo de las letras.
Matute, invitada del Festival de la Palabra de Puerto Rico que hoy se clausuró en su primera etapa de San Juan -continúa la próxima semana en Nueva York-, también recordó la época de depresión que sufrió durante años. En un debate a micrófono abierto con el escritor español y director de la cita literaria, José Manuel Fajardo, Matute habló también de la búsqueda de la sencillez en su obra.
"Yo quiero que me entiendan, que sepan lo que quiero decir", sostuvo la veterana autora, tras señalar que ha vivido la vida "intensa y profundamente".
Sobre la ancianidad que ahora le toca vivir, indicó que "ser viejo no es tan malo como la gente cree".
Matute recordó la guerra civil española y a la niña de 11 años que conoció cosas que se supone vedadas a menores, lo que le hizo enfrentarse "por primera vez a qué era el odio y que era la muerte".
Se refirió a las conversaciones de sus padres y otros adultos, sobre familias en las que un hermano luchaba en el bando republicano y otro en el de los militares sublevados.
Contó que aquellos horrores se le metieron en la piel y marcaron a la niña que nunca la ha abandonado.
De su primera etapa productiva son sus novelas como Los Abel (1948), Fiesta al noroeste (1953), Pequeño teatro (1954), Los hijos muertos (1958) y Los soldados lloran de noche (1964), escritas desde la mirada de una niña que trata de comprender aquella guerra civil.
Matute también contó que en la época en que comenzó a publicar, los críticos de literatura preferían inventarse la crítica a leer los textos escritos por mujeres.
Hizo alusión al paréntesis de dos décadas en la publicación de nuevos títulos debido a un profundo estado depresivo, etapa en la que, dijo, "no escribía porque tenía una depresión tremenda".
Matute contó cómo en esos años difíciles los lectores no la abandonaron, que le escribían cartas y le preguntaban cuándo saldría su próximo libro.
Matute dijo que no solo la literatura, sino la vida, son mágicas, aunque aclaró que eso no quiere decir que escribir sea fácil, sino al contrario "muy duro, muy difícil".
"Cuando uno se hace viejo, se da cuenta de muchas cosas", dijo en otro momento de la conversación, tras destacar que con los años se van acumulando los desengaños.
Aclaró, además, que a pesar de las partes difíciles, se siente satisfecha de haber vivido "intensa y profundamente".
Matute señaló que la biblia es el libro de aventuras más fantástico, superando a Las mil y una noches, y que prefiere no ver las adaptaciones cinematográficas de sus novelas.
Matute, de 85 años, es la tercera mujer que obtiene un Premio Cervantes, el más prestigioso de la literatura en idioma español y la tercera, también, en ingresar a la Real Academia Española de la Lengua donde ocupa el asiento k.
Premio Planeta de 1954, de la Crítica de 1958, Premio Nacional de Literatura y Premio Nadal de 1959, además de tres nominaciones al Premio Nobel, son algunos de los reconocimientos más destacados de su carrera.
Matute, invitada en San Juan por el Festival de la Palabra, también participará en la segunda parte de la cita la próxima semana en la ciudad de Nueva York.
.CRÉDITOS: EFE / LEER

03 febrero, 2011

DA VINCI SE INSPIRÓ EN UNA MUJER Y EN SU AMANTE MASCULINO PARA LA MONA LISA....

La pintura esconde en sus pupilas las iniciales "L" y "S", que corresponden a las "musas" del artista italiano: la florentina Lisa Gherardini y "El Salai", con quien habría tenido una relación durante 25 años
Vinceti Silvano, presidente del Comité Nacional italiano para la Valoración de Bienes Históricos, afirmó hoy durante una rueda de prensa que decir que la Gioconda es Gherardini es "una verdad a medias", ya que la enigmática obra de Leonardo incorpora también rasgos de "El Salai".
En tal sentido, los cuadros en los que el italiano utilizó a su amante como modelo lo reflejan como un personaje "ambiguo y extremadamente andrógeno", unos rasgos que, según Silvano, son "muy similares" a los que presenta la Mona Lisa.
"El Salai", cuyo nombre real era Gian Giacomo Caprotti, fue un alumno predilecto de Da Vinci con el que mantenía una relación amorosa y de quien no se separó durante más de 25 años. El estudio reveló el genio italiano pintó el número 72 bajo uno de los arcos del puente que aparece al lado de la Gioconda en el cuadro.
Para Silvano, la presencia de este número "no puede ser casual", ya que se trata de una cifra "mágica" que está ligada a numerosas tradiciones religiosas y místicas. La cabalística indica que el nombre de Dios está formado por 72 letras, mientras que para los cristianos este número puede llevar hasta la Apocalipsis defendida por San Juan.
"Leonardo compara así la figura del pintor con la de un ser casi mitad divino, que es capaz de reflejar la realidad creada por Dios en un cuadro", aseguró el presidente del comité italiano.
"Revela las dimensiones filosófica, esotérica, teológica y religiosa del último período de la vida de Leonardo Da Vinci, quizá ése sea el gran secreto de la Gioconda y la respuesta de por qué este cuadro era tan caro y lo acompañó hasta la muerte", añadió Silvano.
Sobre la elección de un puente para acompañar a la figura principal de la obra, la investigación aseguró que se trata de un elemento simbólico que siempre se ha asociado a la muerte, pero también al retorno al vientre materno. Para Silvano, la elección del puente como elemento decorativo del paisaje Da Vinci pretendía hacer un guiño a la maternidad y su significado.
Finalmente se anunció que "probablemente" haya una segunda fase del estudio sobre La Gioconda que reportará nuevas sorpresas sobre el que seguramente sea el cuadro más enigmático de la Historia.

16 enero, 2011

CIELO, INFIERNO Y PURGATORIO...

Desde bien pequeñas, nos dijeron que el infierno estaba lleno de fuego y que el sufrimiento eterno sería horrible para los pecadores que acabaran allí después del juicio final. El cielo un lugar maravilloso blanco y resplandeciente donde el gozo mayor disfrutarán los justos. Y el purgatorio un estadio entre cielo e infierno donde también sufres de terribles momentos mientras purgas esos pecadillos que no son para el demonio pero hay que hacer la purga para el cielo.

Algún Santo que otro ha visionado y descrito en sus escritos como sería el infierno y hasta yo misma de pequeña un día envuelta en altas fiebres abrí los ojos y vi arder la pared, de allí a la imaginación solo fue un paso, que la monja disfruto con mi relato y acojono aún mas a las niñas de la clase.

Incluso en los libros sagrados nos proponen una larga y vasta descripción de lo que nos espera.
El caso que como no sigo a los Papas ni demás gentuzilla de bata de cola, me entero sorprendida, leyendo un periódico que en el año 1999, Juan Pablo II se cargó de un plumazo y con el consiguiente desacuerdo y cabreo de algunos mas de la alta jerarquía eclesiástica esta teoría del infierno de ollas, demonios de tridente y demás sitios mas o menos saludables.

EL INFIERNO, EL CIELO no son lugares físicos si no meros estados de ánimo.
Vamos en un plis, quedó desmantelado la cueva oscura y la olla a presión de satanás, y no veas tu esas puertas y nubes celestiales. Pues si un estado de ánimo no es mas que eso, y si lo dice un Papa mayor jefe de todos y puesto en la tierra por Dios no jodas tiene razón por siempre jamás AMEN JESÚS.

¿Si estoy contenta estoy en el cielo y si quiero dar una patá a mi vecino capullo estoy en el infierno.?

Si me quedo en el paro y es un infierno sobrevivir y pagar la hipoteca . ¿Estoy en el infierno? Porque el estado de animo es infernal. Pero claro mas cerca del infierno estará el que está muy mosca con su señora porque vive mejor si él y se la carga a puñaladas. No acabo de pillar muy bien el estado de ánimo.

Puedo ser feliz cual grácil pajarillo, y no creer en Dios o pasar de la Santa Iglesia porque está llena de energúmenos y ser feliz. OLALA LALALA. ¿Estoy en el cielo porque todo me va bien?

O debo ser fiel y comulgar para estar realmente en el cielo?

Ohhhh prefería seguir pensando que Lucifer un día igual me pincha una teta con el tridente o San Pedro me invita a un café mientras espero la cola.

Joer ahora si estoy ........ no se ni que estado de ánimo tengo.

Pero bueno igual esto solo sirve para creyentes practicantes claro.

Si mi antigua profe de catequesis que ya está bien muerta por la gracia de Dios escucha estas palabras de boca de un Papa seguro se había colgado de la pared con las bragas.

PEROOOOOOOOO......
Todo tiene su pero, hace tres años Benedicto dijo EL INFIERNO EXISTE Y ES ETERNO

Ahora como nos comemos eso señores.

Y lo mejor creó una comisión para dictaminar sobre el purgatorio y otra comisión para cambiar la doctrina del Limbo. Señores, señoras no se si estoy soñando. Desde luego como me trabajan en el clero de veras, es para admirar esas comisiones purgatorias y para cambiar doctrinas del limbo no olvidar. ¿Como será ahora el limbo? Juegan a ser Dioses?

Ahora Benedicto se nos lía con el purgatorio.
Hace poco antes miles de fieles dijo: EL purgatorio no es un elemento de las entrañas de la tierra, no es un fuego exterior, si no interior. YA estamos con el fuego de nuevo. Entonces si se supone que en el purgatorio ya estás muerto claro, y según Bene, es un fuego que purifica almas en el camino a la plena unión con Dios.

Me lío ¿hay que estar muerto o no? Porque muerto no se yo, si no vas a ningún lado porque es todo un estado de ánimo. Si te quemas o no te quemas o es metáfora si vivo o no muero pufffff.

PALABRAS BENEDACTIANAS:
Dibujando a un Dios castigador y de justicia. " Es parte de su llamada a la intolerancia con el relativismo y la laicismo y de su decisión de reponer las armas del catolicismo clásico: El mundo como un valle de lágrimas; el cielo como premio a quien haga caso al Vaticano, el infierno como lugar de castigos terribles.

Choca un poco con su antecesor. No se ponen de acuerdo señor señor que iglesia esta.

Por un lado ponemos patas arriba la interpretación clásica de los textos sagrados, y por otro este papa parece que le fastidia un poco y vuelve a la carga, y nombrando comisiones para calmar digo yo lo hará, porque cuando he leído lo de las comisiones para cambiar doctrinas del limbo o purgatorias me ha dado la risa de verdad.

En fin señores crean lo que les parezca pero no me digan que esto es un lío muy lioso.

Reproducido del blog: Ducha de Sermones