23 noviembre, 2014

SOFISTAS....




Muchas cosas resultaron en la antigua Grecia. Ha sido ella por excelencia, maestra de toda la cultura Occidental. De toda la cultura humanìstica y artìstica. Ningùn otro pueblo de la antigüedad, sin exceptuar a los judios, y eso que estos han influido en nosotros, ha sido capaz de marcarnos con sus gustos, con su estilo, con su sentido de armonía.

 Grecia marcò a Roma. Roma, en su afàn de conquista marcò a su vez, el resto de la Europa bàrbara. Europa, milenio y medio despuès marcò Amèrica. La secuencia històrica de la impronta cultural es evidente y lógica.

 La influencia se siente en el campo de la filosofìa de manera primordial. Se siente tambièn en el campo de las artes plàsticas, y con luz preponderante, en el de las bellas letras.

 Grecia generò filosòfos que se acabò. Filòsofos que explicaron el origen del universo desde los más diversos puntos de vista dentro del materialismo espontàneo. Llamados pre-socràticos o cosmogònicos, escudriñaron y elaboraron teorìas filosòsficas rebuscàndolo todo para encontrar una explicaciòn satisfactoria. De resultas quedaron respuestas, ni totalmente ciertas, ni completamente falsas.

Antes de la entrada en escena de Sòcrates, y como la causa que lo precidiò, floreciò un grupo de filòsofos, o por mejor decir de anti-filòsofos, llamados sofistas. Anduvieron por los pueblos de la Hèlade enseñando que filosofar era perder el tiempo. Diciendo que la verdad era inaccesible, por lo que, buscarla era una tonterìa. Predicando que el hombre era la medida de todas las cosas, de las que existian y hasta de las que no existian por lo que las leyes, la moral, incluso la esencia de las cosas eran y se interpretaban como cada hombre la diera la gana, su real gana.

 Estos sofistas polemistas contumaces, dialècticos de altos vuelos, y sembradores de la incertidumbre y de la duda para su pecuniaria conveniencia, dejaron, entre muchas de sus doctrinas una que ha puesto a pensar a los que vinieron: despuès, es el nihilismo.

 Gorgias fue el de la ocurrencia màs de trescientos años antes del nacimiento de Jesucristo.

 Decía nada menos que nada existìa. No existìan, ni las cosas, ni la capacidad del hombre para conocerla, y menos para poderlas comunicar.

 Desde entonces la nada tiene vigencia dentro del absurdo, vigencia absurda. La vigencia de no saber las cosas ni preocuparse. La vigencia de vivir al dia con un despego total de las raìces que nos atan, ni de las esperanzas que deben iluminarnos. La vigencia de desplazar, al gobierno, con tanta ligereza, las responsabilidades que a cada municipio, a cada ciudadano le atañe. Que no nos digan que esa no es una forma nefasta de nihilismo contagiante.

 El egoismo es una negaciòn del grupo nihilismo de la peor especie. Sin nuestro grupo, sin los que nos rodean estamos perdidos. Perdemos en desarrollo psicoafectivo, perdemos en formaciòn, perdemos en cultura. Perdemos en lo econòmico, perdemos en lo polìtico, sin embargo se fomenta el egoísmo.

 El irrespeto es una forma de las formas màs crudas de consagrar el nihilismo, o sea la nada.

 Hay valores que se suponen intangibles. Atropellarlos es criminal. La bandera, el escudo, los Padres de la Patria, el himno nacional, el sentimiento patriòtico. La Naciòn, como instituciòn suprema; el pais como àmbito geogràfico donde exuberante crece, o debe crecer nuestra eco-sistema a plenitud de garantías.

 No habrìa nihilismo màs rampante que el irrespeto a esos valores, y se da.

 Desdichadamente, lo vemos a diaro, se da.

 La consideraciòn a los demàs es la zapata y garantìa de la paz social.

 Acostumbrèmonos a pensar en los demàs.

 Recordemos que no estamos solos, y que los otros tienen sus sentimientos. La armonìa del universo hace de la infinita diversidad la màs esplendorosa unidad.

 Tengamos presente que la unidad absoluta es absurda e incongruente. Sòlo la unidad, en la diversidad y la armonìa es vàlida y potable.

 La falta de consideraciòn rompe la armonìa. La rotura de la armonìa es el caldo de cultivo ideal para el "florecimiento" del nihilismo en los espìritus, icnluyendo los màs esforzados.

 Publicado por Mechy en 7/01/2007 http://img1.blogblog.com/img/icon18_email.gifhttp://img2.blogblog.com/img/icon18_edit_allbkg.gif

 

16 noviembre, 2014

NIHILISMO





Gorgias fue el de la ocurrencia màs de trescientos años antes del nacimiento de Jesucristo.

 Decìa nada menos que nada existìa. No existìan, ni las cosas, ni la capacidad del hombre para conocerla, y menos para poderlas comunicar.

Desde entonces la nada tiene vigencia dentro de los absurdo, vigencia absurda. La vigencia de no saber las cosas ni preocuparse. La vigencia de vivir al dia con un despego total de las raìces que nos atan, ni de las esperanzas que deben iluminarnos. La vigencia de desplazar, al gobierno, con tanta ligereza, las responsabilidades que a cada municipio, a cada ciudadano le atañe. Que no nos digan que esa no es una forma nefasta de nihilismo contagiante.

El egoismo es una negaciòn del grupo nihilismo de la peor especie. Sin nuestro grupo, sin los que nos rodean estamos perdidos. Perdemos en desarrollo psicoafectivo, perdemos en formaciòn, perdemos en cultura. Perdemos en lo econòmico, perdemos en lo polìtico, sin embargo se fomenta el egoìsmo.

 El irrespeto es una forma de las formas màs crudas de consagrar el nihilismo, o sea la nada.

 Hay valores que se suponen intangibles. Atropellarlos es criminal. La bandera, el escudo, los Padres de la Patria, el himno nacional, el sentimiento patriòtico. La Naciòn, como instituciòn suprema; el pais como àmbito geogràfico donde exuberante crece, o debe crecer nuestra eco-sistema a plenitud de garantìas.

 No habrìa nihilismo màs rampante que el irrespeto a esos valores, y se da.

Desdichadamente, lo vemos a diaro, se dà.

 La consideraciòn a los demàs es la zapata y garantìa de la paz social.

Acostumbrèmonos a pensar en los demàs.

 Recordemos que no estamos solos, y que los otros tienen sus sentimientos. La armonìa del universo hace de la infinita diversidad la màs esplendorosa unidad.

 Tengamos presente que la unidad absoluta es absurda e incongruente. Sòlo la unidad, en la diversidad y la armonìa es vàlida y potable.

La falta de consideraciòn rompe la armonìa. La rotura de la armonìa es el caldo de cultivo ideal para el "florecimiento" del nihilismo en los espìritus, icnluyendo los màs esforzados.